Grace Nehmad

sábado, 22 de marzo de 2014

Experimentos



Me dejo llevar por mis ideales. Sueño que la belleza de mi pintura y poesía colma a la humanidad con su luz y conciencia. Después regreso a mi día y lo siento demasiado saturado, todo me presiona y estoy triste. Me agobian mis tiempos apretados. No tengo ningún tiempo de reposo. Hasta mis fines de semana están completos. Además, estoy triste de descubrir la maldad en otros y sus intenciones negativas para conmigo. No quiero que sean así. A pesar de todo, me concentro en sus partes buenas y trato de protegerme contra sus malas intenciones. Lo bueno es que ya no soy tan ingenua. Siempre lo seré pero me cuido mucho de las nuevas relaciones y a las que ya les sé el modo, me cuido de lo que no me parece positivo y pongo mis límites muy claros. No tengo necesidad de involucrarme con la gente que me provoca ruido y que no me quedan claras sus intenciones. Este día empezó precioso con mi clase de francés. Jane es mucho más que una simple maestra, es mi amiga, es casi una madre francesa para mí y me comprende en vacíos que nadie lo hace. Siente mi éxtasis como pintora y poeta y mi desesperación por vivir en una familia y en un medio tan cerrados. Sufro. Espero que me vuelva mucho más madura y resistente sin perder jamás mi calidez. Más adelante en la mañana, me llegó una ráfaga de energía positiva de mi madre. La sentí y me empujó hacia un lugar alegre y seguro. Soy sensible a las energías de las personas, a las buenas y malas vibras que me envían. El lenguaje de las vibraciones del planeta es de una índole completamente distinta al de la terrenalidad material de la existencia. Ayer pedí mucho ascender de nivel espiritual y hoy me siento en otro plano. Parece que surtió efecto. Ojalá. Al mismo tiempo, mi nivel de acción es enorme y me distrae de esa sensibilidad que despierta. La vida en la ciudad me empuja a mis actividades aceleradas y demandantes. Necesito bajarle un poco. Me gusta entrar en estados intensos de meditación y hacer mi trabajo con profundidad. Mi existencia gira alrededor de mi trabajo y todo es pensado y realizado para pintura y poesía. Es verdad que soy muy esotérica, pero lo soy en función de pintura y poesía. Desarrollar mi intuición al máximo es determinante para sentir con profundidad y llegar más lejos en pintura y poesía. Investigar mis sueños y meditaciones y su efecto en la realidad, también. Averiguar las fronteras entre sueño y realidad, romper todo tipo de reglas, ir cada vez más lejos. Todo es parte del mismo proyecto de investigación que busca avanzar en el nivel de conciencia de la humanidad. Estoy leyendo sobre el viaje a México de Antonin Artaud y me parece que mi trabajo en pintura y poesía se enmarca es su tipo de búsqueda. Me siento completamente identificada con él y su idea del viaje del peyote ocupa en mí el lugar de la meditación. No medito para relajarme ni por salud, esos don efectos colaterales de mi práctica, pero medito como parte de mi investigación en pintura y poesía. En el mismo orden de ideas tendría una pareja principalmente para profundizar en mi dialogo interior y avanzar en pintura y poesía. Pasármela bien o mal en una relación de pareja es también un efecto colateral del trabajo. Supongo que una posible pareja puede llegar a sentirse como rata de laboratorio, sin embargo, soy bastante cuidadosa y entregada y pues mi pareja debería tener un cierto nivel de conciencia para entender que nada de ésto es egoísta y no inhibe mi amor y entrega, al contrario. Detrás de todo está el elevar la conciencia de la humanidad. Me da gusto tener claras mis intenciones y haber llegado a ellas. Ahora, ya din miedo, debo sostenerlas.

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