La vida es dual y mientras avanzamos nuestros caminos en la tierra debemos ser más cuidadosos con nuestras elecciones y estar bajo el calor del sol. Actuamos y ya todo debe ser más claro. Los caminos más tranquilos llaman a nuestro corazón. Paso a paso cuestionamos y avanzamos. Integrar nuestros rostros en el espejo, es cuestionar nuestros vínculos con la tierra. Se puede cambiar de rumbo pero en conciencia de que somos también nuestros paisajes y nuestras relaciones humanas. Lo exterior es reflejo del interior y lo que vemos fuera, llevamos dentro. Si caminamos ligeros por la vida y somos canales de luz. Podemos ver es luz fuera y exponenciar las emociones positivas que llevamos dentro. Busquemos el círculo virtuoso que vaya y venga proyectando y retornando a la luz, fuente inagotable de paz existencial.
Buscas nuevos equilibrios
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