Pirké Abot, Pérek 4, Mishná 20.2
Elishá Ben Abuyá dice: ¿A qué se asemeja quien aprende de joven? A tinta escrita en pergamino nuevo. ¿A qué se asemeja quien aprende de viejo? A tinta escrita en pergamino gastado.
La primera máxima, enunciada por Elishá Ben Abuyá, refleja su experiencia personal; de todos los Sabios citados por el Talmud, fue el único que, por haber renegado de sus raíces, terminó señalado como un hereje. Al parecer, una de las causas de su abandono fue el ambiente que se respiraba en la casa de su padre: Aquel que se acerca al estudio de la Torá teniendo errores desde el principio no será influenciado apropiadamente por ello. La ambigüedad de doctrinas a las que fue sometido Elishá, sembraron en su ser una mezcla extraña de cultura extranjera y de tradición judía al mismo tiempo, semejante dualidad de ideas, terminaron arrastrándolo hacia la deserción, a pesar de que logró adquirir un vasto conocimiento de Torá.
Me parece que a muchos como judíos nos toca vivir estas dualidades de tradición y modernidad y debemos aprender a manejarlas. Yo creo que ambos pergaminos, el nuevo y el viejo, tienen su encanto y el chiste es combinarlos adecuadamente y con precisión, no abandonar la fe y permanecer firmes en lo que se cree, a pesar de las turbulencias de la modernidad se puede aprender a tomar lo bueno de lo nuevo e integrarlo adecuadamente con el conocimiento de nuestras raíces, de nuestro legado; nunca abandonarlo, es oro para la humanidad.
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