Recorrer la espera en el movimiento anterior al mundo, nos dice Levinas. Hay un espacio antes de alcanzar, es incertidumbre. Es callarse en casa, calmarse de la posesión. La cosa se define como tranquilidad y es elemental para el trabajo. Poseer sin espera es entregarse al elemento en inquietud. La espera es sabia y regresa al trabajo en calma.La obra pre teórica de las cosas es regresar al ser en ontología. Es imprevisible y se domina en maestría al ser en independencia. Primero no hay coordenadas y después se definen. Primero no hay sustancia y no nos atrapamos de nada, no tenemos dirección. La manera de acceder a la oscuridad, es a partir del trabajo quien es el destino de la mano. La materia renuncia al anonimato y se deja definir. Quizá se deja dominar. Entonces vienen las preguntas de cómo salir del anonimato y no dejarnos dominar, conservar la independencia y nuestro derecho a la libertad y no dominación. Ser indefinidos y amorfos es no existir, dejar de ser, pero ser dominados negativamente, también y aquí está el centro de lo que buscamos: ser sin rivalidades, estar en el mundo en presencia y vínculo para ayudar a todo otro en amor y aproximar toda redención, la redención final.
Soy mis paisajes ineriores con mi sello
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