Escribir sobre Homero ha sido importante para muchos y lo fue para Simone Weil quien se interesó en ello. Habló de la fuerza y la necesidad moral y de ahí que habló de la Iliada de Homero que habla del dolor humano generalizado. Habla de la guerra para todos y la amargura humana y no se debe amar la fuerza en sentido negativo, ni admirar a los vencedores. Escribe así sobre la nostalgia de la justicia y el amor. Al final de cuentas todos pasamos por experiencias negativas y pienso que necesitamos aprender a reinterpretar lo que nos pasa. Podemos acercarnos más a todo otro y ver la vida como una etapa y no temer a la muerte ni a lo que no podemos evitar. Pensar positivo no es para que pasen cosas buenas como truco, más bien es para aprender a vivir mejor todo lo que la vida nos traiga. La vida es etapa y paso a paso aprendemos de sus pruebas para aproximar la muerte como parte del camino. La religión no es consolación infantil como decía Freud, yo pienso que nos aproxima prácticas sanas y estar en comunidad nos ayuda a pasar a través de las diferentes etapas de vida de mejor manera, es remedio. Lo que pienso ha sido negativo es creer ilusamente que la religión es magia y superstición y no mapa existencial que apoya nuestros procesos. Tampoco debemos dejarnos dominar por ella ni por las figuras religiosas que la representan, con todo respeto. La religión no es subjetiva pero es herramienta existencial que ayuda dentro y fuera. Podemos integrarla a nosotros de manera sensible, uniendo razón y corazón. Podemos centrarnos en mejorar y superarnos, alejando a las energías negativas de nosotros y conectando la energía de vialidad y nuestra parte divina para sanarnos y cuidarnos paso a paso en nuestros caminos.
Entre colores vives en calma, tus remedios son de sensibilidad dentro y fuera
No hay comentarios:
Publicar un comentario