Ayer

Ayer llegué tan tarde que ya no pude escribir. Me bañé y me metí directo a la cama. Fue un día bello e intenso en Guanajuato. Salí a pintar en la mañana al centro de la cuidad y en la tarde me fui a turistear en grupo. Me encantó el recorrido, las minas, las bebidas y dulces típicos, la ex hacienda de Cocher fue de explotación de mina y después de tortura escondida en la inquisición y por último nos llevaron a ver la vista del Pípila. Cené en el centro y disfruté de las canciones de la estudiantina. Fue un día de aprendizaje y pintoresco. Compré libros de arte en el museo de Diego Rivera al cual aún no visito. Iré hoy. A Guanajuato vine al festival cervantino hace más de treinta años. Sus callejones inspiraron mi primer amor que no resultó y fue sólo inspiración de mis primeras pinturas y esculturas. Quizás aquí descubrí mis ganas de ser artista y de enamorarme, de tener una pareja y compartir la vida de amor y creatividad. Ha sido mucho más difícil de lo que creí. Primeros pasos,llamados y despertares mecidos por los cantos de la estudiantina. Después, tratar de vivir en serio en artista y de formar una familia. Regreso como divorciada, con un hijo feliz y trabajador en lo que le gusta, como pintora y poeta, escritora y filosofa, aún buscando transmitir el mensaje de la obra de manera más estable y profunda, aún buscando el verdadero amor de pareja que aquí creí encontrar, aún buscando soluciones de raíz para la dualidad existencial propia y del planeta, aún…

Muchos aúnes pero con fe, trabajando, con certeza esperando el verdadero amor y el verdadero planeta que nos espera, libre de guerras, de esas torturas de la ex hacienda que visité ayer y que seguimos viviendo de diferentes maneras, esperando el mundo igualitario entre clases y sexos, entre procedencias y tantas características que nos describen como humanidad, ya vendrá, lo sé. Lo primero es desearlo y creer en él.

Redescubres el corazón de Guanajuato en amor