Grace Nehmad

jueves, 5 de noviembre de 2020

Filosofía, salud y Levinas

 

Filosofía de la salud y Levinas

La filosofía reflexiona sobre los conceptos y verdades universales. La población mundial está enferma de diferentes maneras y debemos reflexionar al respecto desde las verdades universales, filosóficamente, para curarnos como humanidad. La filosofía estudia la totalidad y el ser humano es un ser biológico, social y espiritual, debemos pensarlo integral. Un niño con esperanza y posibilidades de vivir en salud, plenamente, nace como ser vivo dispuesto a la vida y tenemos la responsabilidad de garantizarle su experiencia de vida plena y sana. El cerebro es más grande que su cuerpo y su volumen nos apunta a la reflexión como seres pensantes con características que se explican en el universo.

Lo real en el cerebro es parte de la naturaleza y en su diseño se admiran las maravillas del universo. El cerebro forma parte a su vez de las leyes del universo y está sometido a ellas. Somos entonces seres biológicos, sociales y espirituales. El universo tiene sus leyes y se cumplen. El cerebro, nuestro ser pensante, nosotros, estamos regulados por estas leyes. La corteza cerebral influye en las otras partes de nuestro cerebro y somos seres espirituales con aspectos sociales y biológicos. Son cadenas de materialización que influyen en ambos sentidos.

Hay un predominio de la cosa en nuestra época, de la valoración de la ciencia y tecnología y se descuidan las ciencias del espíritu, están muy ausentes en las instituciones y este es un vacío que provoca una crisis existencial y espiritual por el sin sentido de la vida. Se genera un caos social y se desencadenan muchas enfermedades. Así, no logramos el equilibrio y la salud, no conseguimos la integración de nuestro ser en cuerpo y alma, material y espiritual. La solución a nuestros problemas de salud radica en esta integración y cuidado. Debemos repensarnos en integración con la naturaleza y sus leyes. Levinas estaría totalmente de acuerdo con este planteamiento integrador y nos diría que la parte central de esta conciencia radica en la conciencia y cuidado del otro. Nuestra sensibilización atiende a la conciencia de todas nuestras dimensiones y las debe poner en escucha al servicio del otro para de esta manera curarnos y otorgar responsablemente a nuestros niños la salud y equilibrio que merecen en amor.


Debemos integrarnos a la naturaleza en amor y equilibrio para darnos desde ahí en escucha.

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