Grace Nehmad

martes, 10 de noviembre de 2020

El positivismo en Comte y el rostro levinasiano

 

El positivismo en Comte propone una evolución de estadíos que van de lo mágico e intuitivo a lo científico y al positivismo en tanto forma de actuar práctica basada en hechos comprobables y en una teoría que ordena a la sociedad y la sistematiza. Así, para Comte el ser humano ha ido madurando y la modernidad es una etapa de positivismo maduro que abandona el mundo de la fantasía para volverlo práctico.

Para Comte a la sociología le falta la parte física en su desarrollo que se refiere a una sociología con relaciones de hechos de la sociedad dentro de un positivismo. Ese positivismo es su parte real y observable, medible, cuantificable, basada en hechos comprobables. Comte se refiere así a una estructura de hechos que se sistematizan y regresan a comprobarse a la teoría que los sustenta para eliminar lo ambiguo. Comte borra lo mágico y busca una ciencia útil su teoría es germen del circulo de Viena y de las ideas de Wittgenstein con el concepto de claridad al centro.

Para Comte se trata de la utilidad que busca su sentido en lo práctico y aplicable con un orden y progreso, con leyes útiles y un orden social en donde orden y progreso se retroalimentan.

Estas ideas al extremarse dan lugar a utopías tecnocráticas que buscan un orden social absoluto que lleve al paraíso en la tierra.

Al final de sus días Comte degrada su teoría positivista entendiendo a la ciencia como religión y en este esquema el progreso de unión y justicia se dará según él con pensadores como fundadores y el Papa de esta especie de religión sería Comte mismo. Estas ideas extremas pueden ser producto de una degeneración del estado de salud de Comte, pero cabe señalar que es verdad que llegamos a estos extremos así en la práctica, siendo la Shoa un ejemplo de ello.

Me parece muy rescatable la intención de Comte de aterrizar intuiciones y fantasías, sin embargo, no estoy de acuerdo en su manera despectiva y evolucionista de referirse a estos aspectos del ser humano que valoro mucho y no creo que deban desaparecer. La sensibilidad que me enseñó Levinas apunta a tomar mucho en cuenta esta parte de nosotros para asistir a todo otro.

Si queremos regresar a atender el rostro del otro que nos interpela, no debemos descartar nuestras partes humanas sensibles, sin embargo, sí considero que debemos intentar la parte del orden y de la sistematización de nuestros procesos para poder mejorar socialmente asistiendo a todo otro de la mejor manera posible y sin desacreditar sus intuiciones y fantasías que no deben ser concebidas como patología o más bien, podemos transformarles creativamente en puentes de desarrollo humano.



Convertir todo paisaje ensoñado en puente de desarrollo y progreso desde la sensibilización y la escucha.


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