Cine y filosofía
y Levinas
La relación
entre cine y filosofía es estrecha y está muy cercana a la experiencia de vida.
Primero preguntemos qué es el cine es el séptimo arte de manera académica, pues
el performance y happening ya no se cuentan así, quizá más bien se han tomado
como rama de las artes plásticas que se relacionan con la obra artística de los
museos y han a veces salido a las calles. El cine une a todas las anteriores de
alguna manera y va más allá. Es lo que vamos a ver en las salas y ahora en Netflix
y en otras aplicaciones de internet. El cine es espejo y juego estético, es
generador de sincronicidad al estilo junguiano en el que uno se sienta y cada
uno asimila de otra manera. Se vuelve a menudo parte de ti e impone modas y
polémicas. Su impacto es muy importante en la sociedad y la moldea, interactúa
con ella. Los artículos que se venden por películas son muchos y por épocas retorna
el impacto. Los humanos reflejan anhelos y buscan compañías en las películas. Es
el cine para mí experiencia como aficionada que es transgresora, es arte
popular, es expresión que irrumpe y es arte que exige también una experiencia
estética, hay ciertas reglas estructurales que siguen sus productores. El cine
sabe tocar fibras sensibles como lo dionisiaco que irrumpe al estilo Nietzsche,
fuera de esto qué es cine, abarca mucho, no es qué es el cine es lo que digo y
asimilo sobre el cine. Hay películas de culto, otras que te llevan a salir y a
jugar y rejuvenecer, es verte en otros personajes, es vivencial y produce una
metamorfosis en las personas.
Su relación con
el discurso filosófico es intensa. Se da no de manera forzada, es etérea la
filosofía que genera el cine. Como filósofo no es necesario leer mucho para ya
estar filosofando con cualquier pretexto porque se acostumbra a leer mucho y se
detona rápido la reflexión. En cine se materializa con más facilidad y se
acortan las transiciones entre el pensamiento y la acción. El espectador puede
incomodarse por elementos transgresores y subversivos que se proyectan en las
pantallas. La filosofía transmite ideas y conceptos y se va más despacio, pero
en el cine potencializa su transmisión. Hay planteamientos filosóficos dentro
de cada película. Términos coloquiales que los veo y no los veo y el actor y el
personaje se confunden. La filosofía en la pantalla genera sentimientos, destapar
preguntas y reflexiones, es lo más cercano a una experiencia de vida kantiana
con sus reflexiones aparejadas. Muchas películas son inspiradas en el
pensamiento de ciertos autores o tendencias filosóficas con un elemento
estético presente. La relación es estrecha y no necesariamente consciente. Ahora
si hablamos de Levinas ¿qué podemos decir? Parece que ya quedó muy lejos, pero
no lo creo. Me hace pensar en el padre de Akiva en la serie de Shtisel que
cuando él expone un cuadro de su madre se enoja mucho, su hijo pintor le dice
es sólo una pintura, no es la vida y el padre le responde es que TODO es la
vida. Eso diría Levinas que no todo se vale en la pantalla y que lo hemos
banalizado, que la ética y el otro y las consecuencias del cine deben tomarse
en cuenta al crearlo, que no es sólo experimentar por experimentar con
intensidad y que al contrario, su cercanía con la vida y su impacto deberían de
utilizarse para servir éticamente, para inculcar valores y responsabilidad,
para asistir a todo otro en amor.
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