Lej-leja
12:1 Y le dijo el Eterno a Abram:”Vete de tu tierra, de tu familia y de la casa paterna a la tierra que te señalaré. Y haré de ti un pueblo grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.
Nos gustaría este diálogo cercano con Dios, saber que nos quiere y está con nosotros y que todo nos va a salir bien. Tener confianza. Pero parece que no nos habla y no nos dice y es que más bien no le hablamos y no le preguntamos. Retornemos al diálogo divino y seremos fortalecidos y recogidos de las fauces de la nada. Seremos para Él a través del asistir al rostro de todo otro en amor aunque no esté de moda, podemos retornar y sabernos amados y contagiarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario