Perashá Shemini
10:1 Y tomaron Nadab y Abiú, hijos de Aarón, sendos incendiarios donde pusieron incienso no prescripto y presentaron así un fuego extraño al Eterno. Entonces salió un gran fuego del Eterno que los consumió, muriendo así ante el Eterno. Y le dijo Moisés a Aaron: “Esto es lo que dijo el Eterno: Yo seré santificado en quienes se Me acerquen y ante todo el pueblo seré glorificado”. Y Aarón permaneció silencioso.
Es fuerte esta enseñanza. Nuestros actos tienen consecuencias y a menudo no vemos claramente y actuamos con desvíos, sin pensar bien en lo que hacemos… por eso pedimos misericordia en las consecuencias, pero el esfuerzo debe venir en pensar con claridad nuestros actos desde el principio. También aprendemos que el silencio de Aarón fue asumir el dolor de la consecuencia sin argumentos de defensa. Asumir es importante también. Que siempre tengamos claridad en nuestros actos y vayamos de la mano de la luz divina para ayudar más y mejor a todo otro.
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