Grace Nehmad

jueves, 17 de marzo de 2022

Experimentar y retornar a lo simple en conciencia

 Adán y Eva y el pecado original es un relato bíblico de alto impacto en la humanidad. Desde el punto de vista filosófico tiene un análisis especial. Adán es lo terrenal y la tierra es femenina y explotable. Adán es masculino como energía. Eva es femenina también como la tierra, la vida. Antes Adán era masculino y femenino y como genérico y después también lo podemos ver así. El fruto del conocimiento al comerlo salen Adán y Eva del paraíso, por conocer el bien y mal. Para Adán el castigo o consecuencia es tener que trabajar, para Eva parir con dolor y la serpiente es condenada a arrastrarse. El sufrimiento es así condena y perpetuación de la especie humana en la tierra y en el tiempo. Ahora Adán y Eva entran en la dimensión de la materia y del tiempo y a la muerte. Ahora deben reproducirse, trabajar y subsistir. La materia y el tiempo se generan y generan sufrimiento. El enemigo dice Baudelaire es el tiempo, la conciencia de la muerte. La vida va más allá de la materia para Platón, pero muchos filósofos no lo ven así. El hombre de la inmanencia pura cae a la materia y al sufrimiento. Ahora hay preocupación de la mirada del otro, se disocia el yo y su percepción, entra el otro y ya no hay inmediatez de cada uno hacia su interior. Adán estaba en la ignorancia del bien y del mal. Es carne y espíritu que llevan a la disociación y a la ruptura. La relación de inmediatez se pierde al probar del fruto prohibido. Para ellos por curiosidad prueban del fruto y ello los lanza fuera del estado natural. Ahora, entran a la apariencia y a la comparación. Entran en el mundo mental. Su pecado fue romper la unidad y la serpiente es división y ellos hacen la experiencia de la separación. La materia nos interroga en la pérdida de la unidad. La dualidad contiene a la unidad. Conocer a Dios es conocer lo mental y la dualidad da entrada a la posibilidad y libre albedrío. La elección es evidenciar y concretar.  Hacemos lo contrario de lo que nos prohiben. La pluralidad puede parecer diabólica cuando el uno no es dividido. Ellos desobedecieron pero nada comprendían y siguieron el impulso de hacer la experiencia del libre albedrío. Ahora es regresar al estado original, a la simpleza desde la conciencia, regresar a la fusión. Aprender y retornar.


Liberarnos y retornar al uno

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