La muerte es seria y se relaciona con la
tristeza pero es parte de la vida y no debe angustiarnos ni darnos miedo. La
muerte y su conciencia no debe de preocuparnos. Para Freud por ese miedo
inventamos a Dios para inventarnos una vida eterna después de la muerte.
Heidegger nos define como seres para la muerte y nos inquieta nuestra
inquietud. Para Pascal por su condición mortal el hombre se distrae por este
miedo. Para Schopenhauer es voluntad hacia la muerte. Es marca de nuestro
orgullo y nuestra existencia es vana. Para Montaigne, filosofar es aprender a
morir. No aprendemos a morir, es aceptar y escoger y bajar la angustia. La
angustia de la muerte es realidad interior. La muerte no es siniestra para
Platón es sólo fin de la existencia terrestre y después está el más allá en
otros mundos que no accedemos desde aquí, pero es la verdadera vida. La muerte
angustia porque es como es porque no la experimentamos en vida, es sólo
retirarse del mundo. Para Epicuro la muerte no es nada, nada para nosotros. Es desaparecer
y por eso no es nada para Epicuro. Para Epicuro todo es material, él es
atomista, unión de átomos que no se fragmentan es cuerpo material para
comprender los sólidos. Para Epicuro la materia estuvo siempre ahí. Todo ser es
combinación de materias y la materia se transforma. Nuestra alma también se
transformas. El alma es soplo de vida y para Epicuro la muerte es total, física
y espiritual. No hay dualismo. Todo es experiencia para Epicuro y la muerte es
fin de toda experiencia sensorial y esta ausencia no es nada entonces, no se
puede temer, ya no pasa nada en ese nivel, no hay sensación. El dolor se siente
y la muerte no. La muerte no nos concierne, nunca la encontraremos en
experiencia sensorial, es ausencia de toda experiencia. No tuvimos miedo de nacer.
No estábamos y no sufrimos, sólo al nacer nos inquietamos. Sólo vivimos la
muerte de otros y no es la propia y nos entristece la pérdida del otro y vivir
con los otros, es egoísta es la ausencia del otro y es nuestro sufrimiento no
el del otro que ya no sufre. Para el que muere la muerte es liberadora. Pero no
sabemos qué pasa después y dependiendo de nuestra teoría existencial, tenemos
diferentes expectativas de vida y muerte, voluntad y deseo, motor de vida. Lo
que nos sacude en Levinas, es vivir para el otro como misión existencial y es
morir para. Sería muy diferente a la teoría de Epicuro, pero todos los
filósofos nos agregan a nuestra manera de enfrentar la muerte. Es tratar de
agregar todas estas ideas y enfrentar mejor la idea de la muerte lejos del
egoísmo y en conciencia. Para mí, la vida tiene sentido y se extiende en el
otro como misión. Ayudarlo es lo central, pero es verdad que podemos abrazar
mejor la vida alejando todo miedo y aprender a morir, estar en paz, ser para el
otro y no para la muerte.
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