Grace Nehmad

domingo, 6 de marzo de 2022

Lo enteramente otro

 El otro es exterioridad y nos llama a encontrarlo en su misterio, es enteramente otro. El verbo atrapa al tiempo que es anterior nos dice Levinas. El verbo dice sin nombrar. En el verbo ser está el tiempo. Lenguaje no es sólo un sistema de signos, porta la vida sensible en temporalidad. La cualidad de las cosas se perciben en tiempo y conciencia, independientemente del espacio. El lenguaje es sistema de nombres que designan identidades. Se trata de diversas síntesis de la imaginación. Identidad es lo ya dicho y después vamos más allá de ella, en el misterio. La palabra consagra una identificación en lo ya dicho y está al mismo tiempo en movimiento y redefiniéndose a cada instante, acariciando misterios indefinibles por venir, lo innombrable, lo divino, lo enteramente otro, en exterioridad.

Pero el miedo al mañana nos atrapa en las etiquetas y los nombres, en las definiciones tajantes, sin aire, que totalizan y matan y a la vez, la palabra es orden necesario, puente entre cuerpo y alma, comunicación que lleva a la acción. Es sutil la diferencia que promete ordenar para después abrirse al misterio del rostro del otro y llevarme a asistirlo en du tiempo infinito que es tiempo divino en acción.


Unir cuerpo y alma, espiritual y terrenal al servicio del rostro de todo otro en libertad, sin la muerte de las etiquetas. Nombrar en apertura, leguaje-puente

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