Grace Nehmad

domingo, 25 de mayo de 2014

Se abren mis universos mágicos



Ayer mi hijo organizó la fiesta de su generación en el salón de fiestas de mi casa y eso fue una gran responsabilidad para los dos porque han habido fiestas de tercero de secundaria con alcohol y los chavos se ponen muy mal. Aunque esté prohibido el alcohol lo meten a escondidas, horrible. Si comentaba de la fiesta por venir en círculos comunitarios la gente se escandalizaba y me decía que estaba loca de tomar la responsabilidad. Fuera de la comunidad les parece rarísimo que no entre alcohol a la fiesta. Yo no me voy a pelear ni con unos ni con otros, simplemente tomé las medidas necesarias y todo salió muy bien. En mi experiencia no le veo el caso ni al alcohol ni a las drogas. Una copa de vino o una cerveza con la comida es lo que disfruto y dados lis riesgos es lo mismo que quiero para mi hijo. Igual para una fiesta en mi casa es mi filosofía. Los jóvenes juntos siempre van a divertirse y no necesitan de experiencias horribles que destruyan sus vidas. El fin de semana continué con la lectura de Virginia Wolf y su libro de mujeres escritoras. Ahora habló de la historia de las hermanas Brontë y me parece impresionante que hayan sobresalido de tal manera dado su medio completamente cerrado. Crecieron en una casa parroquial con todo tipo de limitaciones, pobres mujeres. Pero eso no impidió que sus escritos fueran tan importantes para la historia de la literatura. Me da gusto confirmar que lo importante es el trabajo y la tenacidad para hacerlo. Muchas veces me he desanimado pensando que soy una mujer de su casa y que entonces es imposible convertirme en la que aspiro ser, en una pintora y poeta que ayude a la humanidad y deje su huella de contribución. De todas las historias que cuenta Wolf me doy cuenta de que es totalmente posible y ello me da fuerzas para expandir el centro de mi alma y tocar a la humanidad. Si Wolf cuenta de la mujer que escribía y hacía sus propias ropas por ejemplo, veo que todo es posible. El chiste es escribir desde la que soy. Para eso he seguido un recorrido muy intenso porque en mi entorno no me dejan ser. Pero si las Brontë lo lograron no veo por qué yo no. Además, cada vez estoy más cerca del fondo de mi ser y profundizo en él y en mi trabajo. Es verdad que estos últimos tiempos he venido tomando decisiones para continuar con mi trabajo y ello me ha llevado a ceder varias áreas de desarrollo que me hubiera gustado recorrer, pero mi trabajo es muy demandante y no puedo tomar ninguna otra ocupación a mi cargo. Me gusta ayudar en todas partes y me llena de energía, pero no tengo tiempo y he trazado ya el camino de mi vida dirigido hacia el desarrollo prioritario de pintura y poesía. Es verdad que con mi hijo y mi familia tengo porque son muy demandantes también. Ya no me puedo desviar para averiguar si un hombre será positivo para el desarrollo de pintura y poesía. Me involucro demasiado y me entrego en cuerpo y alma a mis relaciones. Ya no quiero, quiero volcar toda mi energía en pintura y poesía y ya no tengo tiempo de llevar a mi corazón por tantos altibajos que me quiten más de lo que me den. Me gustó mucho vivir veinte años de matrimonio y ahora quiero descubrir mi alma en un camino interior individual. Afortunadamente estoy muy acompañada y puedo no involucrarme en una nueva relación de pareja. Para allá voy. En este camino me ayuda mucho el desarrollo de mis meditaciones. Leo varios libros a la vez y siempre está presente la cábala en uno de ellos. Medito con las letras en hebreo, son como mis mantras y sigo los rezos básicos cotidianos porque entiendo la fuerza de las letras en hebreo y los puentes de luz que me abren. Mi hermano dice que la cábala no es una religión, es una herramienta y estoy convencida de ello. Yo la entiendo desde este enfoque, es como el budismo. Claro que sí creo en Dios como energía de luz y busco en la cábala formas de traer más luz al mundo. Además disfruto de las metáforas que me abre. Ahora leía la idea de la Torá, Biblia judía como un libro que es de una manera en nuestra dimensión y en otra dimensión más espiritual, será otro. Otra idea es la que plantea que es un libro que se va escribiendo al tiempo que se van desarrollando sus historias, de manera simultánea. Me encantan estas ideas, amo su mística y así me siento cuando leo cualquier libro. Su energía vibracional me eleva. Sus letras me escriben nueva al tiempo que lo leo. Mi alma evoluciona en sus líneas y se trasforma. Eso quiero, evolucionar mi dimensión espiritual. Es posible vivir el mismo mundo posicionado en otro lugar interior. Entonces, el mundo se eleva contigo y empujas a todos hacia el desarrollo. Esta evolución que busco en silencio es tan intensa que no me permite dar más pasos en falso. Mi nivel de conciencia es elevado y se ha elevado en estos últimos tiempos. Por eso, hasta lo que sueño y pienso afecta a otros de manera importante. Mi responsabilidad es mucha. Hasta mis intensiones más íntimas deben ser revisadas porque afectan a todos. Nadie lo sabe, yo sí. Además, esto es cierto para todo ser humano, pero en menor intensidad porque la mayoría no lo desarrolla. Lo difícil en mi caso es que no tengo con quien contrastar opiniones al respecto y debo depurarme sola. Los libros de cábala son un gran apoyo en ese sentido, pero al final, decido sintiendo en mis meditaciones cuál es el camino a seguir. Mis cuestionamientos son intensos y recurro a mi maestro interior. Sé que paso a paso se me irán revelando mis caminos y la claridad reinará en mi interior para actuar correctamente y traer gran luz al planeta, ayudar a otros, ayudar al planeta con mi energía. Es muy hermoso este camino y lo interesante es que es válido y deseable para todos. Sólo se trata de llevarlo a cabo en cuanto se hace. Enfocarse en la conciencia y en las intenciones, en las acciones conectadas al fondo del alma es algo que vinimos a trabajar todos en esta Tierra y nos hará bien a todos ser mejores personas desde la raíz de nuestro ser.

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