Merleau Ponty es
ubicado como existencialista, cerca de Sartre y de Heidegger, pero también está
muy influido por Husserl y no es ambiguo en su idea de la conciencia que es
para él intencional como en Husserl y es lo real del cuerpo, es apertura
perceptiva y creación. Habla de un simultáneo como corporalidad-conciencia y la
intencionalidad corporal contrasta con la ontología dualista de cuerpo-alma de
Descartes. El cuerpo para Merleau Ponty es expresión y palabra.
Critica
entonces al racionalismo cartesiano y a lo experimental del empirismo basado en
la observación pues para ambas corrientes la palabra que acompaña al pensamiento
no es simultánea a éste. Para esas corrientes el sentido es independiente y el
vocablo es sólo cáscara. En el caso empírico el estímulo lleva a la articulación
del vocablo, es instrumento de la acción. En ambos casos las palabras son
referidas en tercera persona, sin intención.
En la enfermedad
que estudia sus efectos por implicar el no poder hablar, observa que el sujeto
sufre de que se le escapa el parloteo y entonces no es suficiente creer en las corrientes
no simultáneas. Entonces el vocablo tiene sentido y habita a la palabra que es
motricidad e inteligencia. El silencio es poner al pensamiento en estado de murmullo
en realidad.
El discurso no
traduce al pensamiento, el discurso lo consume, es simultáneo. La palabra, el vocablo,
es exterior y no interior, es la razón y la verdad al mismo tiempo. La razón es
expresión pues es por medio de la palabra que se instala la verdad. En cuanto a
la posesión del lenguaje, el sujeto lo logra en el mundo de sus significaciones.
Para Merleau Ponty es intencional la conciencia y toda conciencia es conciencia
del mundo. La palabra es lo mismo que el objeto, y al nombrar se da la esencia
de lo que es al objeto. Así, el significado existencial es simultaneo e
indisoluble. No es causa y efecto entre mundo y pensamiento, es simultáneo. Conciencia
y mundo son lo mismo y también interior y exterior.
El vocablo en
el mundo lingüístico general y en el mío es simultáneo también, lo mío y de
todos es lo mismo. La palabra sedimenta la adquisición intersubjetiva. Me comunico
entonces con su estilo de ser en el mundo en sincronía. Merleau Ponty reconoce la
existencia y lo existente con el cuerpo. Sentido es palabra, el significado
gestual es inmanente. Estas reflexiones y conclusiones de Merleau Ponty me parecen
muy poéticas, en esta simultaneidad se acabaría nuestros problemas de asistir a
todo otro y de cuidarlo, seríamos todos uno mismo. En realidad, me parece que
es al ideal al que debemos tender, pero actualmente existe un desfase. Por ello
tiendo a pensar que como humanidad estamos enfermos y padecemos de una enfermedad
como la que estudia Merleau Ponty para analizar la simultaneidad, pero
diferente. Quizá si ejercitamos la intencionalidad consciente desde el nombrar
y habitar logremos estar más presentes para todo otro y la sincronía deseada
para ir comprendiéndonos como un solo cuerpo, un sólo cuerpo-alma como lo
percibe Merleau Ponty, dentro y fuera, tú y yo, una misma conciencia. Ciertas
teorías religiosas sostienen que la separación es una ilusión y que estamos
todos unidos. Creo que ello es una aspiración que podemos empezar a ejercitar
para curar nuestros desfases y aproximarnos a todo otro para asistirlo, en
presencia, en amor.
Consigo estar en el aquí y en el ahora para todo otro
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