Regresé de Acapulco después de un año de no salir para nada y me hizo bien. Le había perdido la fe a los viajes ya que viajo mucho en mis meditaciones pero me sorprendí. Salir siempre ayuda a verte con nuevos ojos y reinterpretarte, a hacer recuentos. No todo en los viajes es un deseo superficial, dentro una necesidad profunda de vernos desde otra perspectiva nos llama y creo que el chiste es lograr buenos equilibrios y aprovechar estas oportunidades de reflexión y replanteamiento de caminos de vida.
Reinterpretar nuestras capas de vida y verlas desde fuera con mejores ojos para equilibrar la existencia y recordad du sentido y dirección, dónde y cómo asistimos mejor a todo otro
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