El ser humano
cambia, puede germinar pronto
Las etapas del
desarrollo van transformándonos en ser humanos germinales como lo plantea
Husserl, sin embargo, sostengo que incluso desde la etapa embrionaria tenemos
una influencia en nuestros bebés por venir. Personalmente yo transmití mucho a
mi bebé por venir a través de la meditación y la música en cursos
especializados. Sostengo que es posible trasmitir una conciencie germinal en el
ser humano desde su gestación y habría que comprobarlo, daño no hará el buscar
maneras intuitivas de generar la conciencia del otro lo más temprano en su
desarrollo. De hecho ya los educamos así a través de la llegada de los hermanos
y después de los amigos, quizás se puede hacer algo incluso antes y aún falta
estudiarlo puntualmente.
La vida comienza
266 días antes de que el bebé nazca, cuando el ovulo y el espermatozoide crean
un embrión y después se va desarrollando hasta llegar al feto que no es pasivo pues
patea desde la panza de su madre, por ejemplo. Y continúa su desarrollo, nace y
es independiente con 5 sentidos y reflejos, pero aún muy dependiente de su
madre.
El llanto y la angustia
se vuelven poco a poco herramientas para pedir ayuda. Al desarrollarse los recursos
básicos, reflejos y sentidos al caminar, se abren el mundo de la ira y el de la
felicidad, también el de la culpa y tristeza. La comunicación comienza con ruidos
y gestos y hay apego. Un salto cualitativo viene con la infancia. Juega mucho hasta
los seis y juega siempre, corre salta trepa y el lenguaje avanza mucho, pero éste
es aún prelógico. El niño es aún muy egoísta. Cada vez deviene más autónomo y los
padres y maestros le ponen límites y permiten su desarrollo socio emocional.
Después se
afinan las habilidades sociales y morales. A los siete años controla mucho y es
ya lógico y sabe leer y escribir y matemáticas. A partir de este punto crece pero
más lento. Su mundo social se expande con niños de su edad y debe ajustarse. La
adolescencia es el paso de niño a adulto, las hormonas son centrales en esta
etapa y provocan la maduración sexual, potencialmente son padres.
Desarrollan la
propia identidad, se sienten independientes, entre padres y adolescentes hay
conflicto. Dejan de ser concretos y deducen, se transforman en seres morales,
políticos. Desarrollan sus propias posturas en diversos temas como el de la religión,
su cuerpo y su potencial intelectual son fuertes. Después se desarrolla en su
trabajo, en la pareja de apoyo en la vida, hijos y familia. La vida familiar se
torna intensa, vienen las arrugas y canas desde los cuarenta comienza el deterioro.
Entonces se cuestionan y replantean logros y metas, se da una segunda adolescencia
o surge la idea de guiar a los jóvenes a elegir. Viene entonces el nido vacío,
la pareja vive sola y surge un nuevo estilo de vida. Junto con el deterioro y pérdida
de seres queridos, llegan más enfermedades y reflexiones para prepararse y
aceptar la muerte y finalmente, la persona muere.
Dentro de todas
estas etapas de vida que la mayoría va pasando a gran diversidad en matices y
en especial en significados e interpretaciones. Podemos al estilo de Husserl
desarrolla al ser germinal desde temprana edad a ser responsable y más
consciente de sus elecciones y al estilo levinasiano en un para dedicado al
servicio del otro. Un punto muy importante para poder desarrollarnos como seres
germinales es el de aprender a reinterpretarnos a nosotros y a otros en términos
positivos y así podemos ayudar más. Los hechos y acontecimientos de vida
inesperados y difíciles de aceptar son muchos y muy diversos en la existencia, por ello es central el cómo nos interpretamos y cómo interpretamos las vidas y
conductas del otro y cómo reaccionamos de acuerdo con esos significados otorgados. Además, todos tenemos una historia secreta detrás, aprender a reinterpretarnos y convertir
vicios en creatividad al servicio del otro y de la sociedad es también muy
importante para transformarnos en seres funcionales.
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