Grace Nehmad

lunes, 14 de diciembre de 2020

La felicidad del otro

 

 

Sabiduría universal ética puesta en el otro

Platón, como muchos filósofos, se cuestiona sobre el placer y el dolor, la ética y los deseos. Busca dominar a los deseos, ir contra el apetito, ordenar placeres. Aristóteles propone ser dueño de sí mismo y actuar en control y no gobernado por los impulsos y apetitos. Como seres racionales debemos ser capaces de elegir y contenernos. El hombre continente es contrario al impulso. La represión del impulso es difícil y se compran los deseos con el precio de la vida. Es un trabajo arduo el de la restricción que quizá llega en una etapa más madura de vida. Somos más proclives al desenfreno que a la austeridad y normalmente resulta una desgracia el dejarse arrastrar por los deseos. Los sabios consiguen abstenerse porque se dan cuenta que evitan el dolor y obtienen un mayor placer al final del camino. El equilibrio es importante y evitar el huir, la cobardía. Actuar de manera virtuosa nos lleva a la felicidad y posponer el deseo inmediato, su placer. Los medios para llegar a ser felices son actos determinantes que nos acercan o nos alejan de ese fin. Al introducir al otro en la ecuación la situación de vida se vuelve más clara e incluso tenemos más fuerzas para abstenernos para obtener el bien del otro y ayudarlo. Buscar el bien del otro, su felicidad, aclara actos y medios y desvanece toda cobardía aproximándonos de la propia felicidad sin ser objetivo en sí. El objetivo puesto en el otro promete el equilibrio y la paz anhelada.


Atrapar tus nubes con el temperamento adecuado

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