Grace Nehmad

miércoles, 26 de junio de 2024

Maravillas hoy

 Pirké Abot, Pérek 5, Mishná 5.2


Diez maravillas fueron realizadas para nuestros antepasados en el Templo: ninguna mujer abortó a causa del olor de la carne sagrada [del sacrificio]; la carne sagrada jamás se pudrió; nunca se vio ninguna mosca en el matadero; no se produjo ninguna emisión al Cohén Gadol [sumo sacerdote] en el Día de Yom Kipur; las lluvias jamás apagaron el fuego de la pila de leña en el Altar; el viento nunca desvió la columna de humo del fuego del Altar; jamás se encontró defecto alguno en el sacrificio del Omer, ni en los dos panes, ni en los panes de la proposición; el pueblo estaba apretado al permanecer de pie, sin embargo, al prosternarse tenía suficiente espacio; jamás ninguna serpiente o escorpión hizo daño a nadie en Yerushalaim; Y ningún hombre le dijo alguna vez a su compañero: “No encuentro sitio para pernoctar en Yerushalaim”.


La mayoría de los Yehudim entienden lo que significa ver construido el Beth HaMikdash, no solamente porque anhelamos presenciar de nuevo los grandiosos milagros que se llevaban a cabo allí, sino porque es una de las manifestaciones más evidentes de la Gloria del Eterno, tanto para toda la creación en general, como para cada uno en particular. Con solo analizar a detalle cualquiera de los diez milagros que enumera la Mishná, nos damos cuenta cuán sagrada era la ciudad y que tipo especial de personas se formaban allí. Se respiraba, se comía, se vivía en pleno la espiritualidad. A tal grado de pureza se llegó, que los más reconocidos filósofos, viajaban allí para aprender sabiduría.


Pienso que podemos anhelar diferentes maneras de vivir nuestra experiencia en la tierra, maneras mucho más plenas y espirituales que reflejen nuestra esencia divina y la encausen positivamente para iluminar con mayor fuerza a todo otro y ayudar más y mejor mientras cumplimos nuestros procesos existenciales. 

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