Grace Nehmad

miércoles, 16 de junio de 2021

Feminismo y sus derivaciones, al servicio de todo otro

 

Simone de Beauvoir nace en 1908 y es la primera feminista, el corazón de su análisis es una visión más extensa del existencialismo. El feminismo diferencialista viene después y es en cierto sentido opuesto al feminismo inicial que propone Beauvoir y hay diferentes perspectivas en el espectro de estos extremos. La autora del segundo sexo tomó conciencia de su independencia después de la guerra ya que su familia quiebra y no pueden asumir su nido. Su situación social cae. Ella y su hermana trabajan duro para sobrevivir y seguir en su clase social. Esta ambición de reconocimiento como un hombre la empuja a crear su filosofía. Se encuentra a Sartre que es guía y compañero. Su visión existencialista se arraiga desde la idea de Sartre. El ser humano construye su esencia y su identidad con sus elecciones y su humanismo. Un objeto tiene un creador que primero lo piensa y su creación responde a un objetivo y a una función que determina su esencia. Señalar su esencia es justificar su existencia. Se crea con una función anterior. Pero para el hombre es al revés y la existencia precede a la esencia, no tiene esencia predeterminada y se la construye en su existencia. El autor del sentido de vida es él porque inventamos nuestro destino. El destino de un objeto es su objetivo, pero el hombre escoge su destino y dónde y con quién quiere estar. Nosotros encaramos nuestro proyecto existencial. Las opciones existen y no estamos condenados a seguir donde la vida nos puso, para el existencialismo no hay determinismo social. Le critican a Sartre ser máscara burguesa. Pero los existencialistas creen que podemos ser diferentes que los objetos y decidir empoderarnos y no ser víctimas. Decidimos nuestro proyecto y conciencia existencial. ¿Qué relación con el feminismo?, si definimos nuestra esencia es lo mismo para el caso del feminismo y en lo femenino y lo masculino, no existen, los creamos. Nada es inalterable y no hay una esencia atemporal femenina. Beauvoir rechaza esta idea. El diferencialista considera que sí hay características de cada sexo, pero rechaza la dominación masculina y que las diferencias empujen a la devaluación femenina. Esta idea sostiene que lo femenino es deseable y diferente pero no debe ser dominado, sino respetado y enaltecido. Ello entra en conflicto con la libertad que propone Beauvoir sin ataduras. Al sostener características naturales femeninas se pone a la mujer en desventaja para Beauvoir. Considero que es complejo el debate porque en estos extremos debemos escoger nuestro camino. No estoy de acuerdo con naturalizar y condenar roles sociales rígidos, pero no estoy de acuerdo tampoco con perder nuestras diferencias que son brillo que nos hace únicos. Debemos emanciparnos y escoger, pero también reconocer nuestras virtudes y defectos y superar éstos últimos poniéndonos al servicio de todo otro. El centro otra vez para mí, está en una filosofía levinasiana que nos otorga libre albedrío para ser rehenes de todo otro y asistir al rostro que nos interpela en amor.


Soy con mi brillo y peculiaridades para en libertad

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