La propuesta de Levinas es una filosofía primera para servir a todo otro en amor, rostro que me aproxima para ser atendido. Es mi responsabilidad y estoy aquí para él. Dios se me revela a través de él, en él cumplo mi misión de vida. Su caricia es misterio que me atrae, exterioridad. Nuestra relación asimétrica me exige acción y me aproximo a él de manera desinteresada para ayudarlo. Nuestro diálogo es sólo para escucharlo y reintrepretarlo. Yo aunque incompleto, tengo todo y no necesito nada. Soy para. Y el matiz es central porque Levinas tiene espacios de escritura soledad sana para entregarnos su obra. Acepta el instante uno del cuerpo, del cogito dentro en sensibilidad y el dos’ tiempo del otro que se abre a mí para dar. Levinas es aspiracional en el sentido de aprender a borrarnos más y escuchar y dar más’ sin intereses. Y en el presente estar en acción para el otro, para la escucha y desde un lugar de justicia donde el tercero es juez. Lo mismo aunque no lo trabaja, al final el nivel macro se extrapola de ese otro y es justicia social en lo terrenal, en toda institución, de lo micro a lo macro. En arte, no lo acepta como tampoco el misticismo. Para él lo santo estáen el ahira y en asistir al otro en acción, crear para el otro y lenguaje para el otro. Pero matizando sí es posible defender al arte en sensibilidad para, incluso como medio de protesta y desde un trabajo que promueva y ayude a la concientización. En estos matices he reflexionado para llevar a la práctica la obra de Levinas y aterrizarla con mayor decisión.
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