Él quería maldecir y bendecía, que nunca queramos actuar mal pero si por error lo vamos a hacer, qué venga a nosotros la mano divina y no lo permita. En especial cuando vamos a aventar palabras al mundo din cuidado ni respeto, sin haberlas meditado profundamente.
Cuidar nuestras bocas y hablar bonito de principio a fin
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