¿Los pedagogos manipulan?
La curiosidad que empuja a los niños a querer
saber los lleva a buscar adultos que les muestren el camino. La relación es
asimétrica, el que enseña conoce el camino y el alumno está discriminado de
alguna manera y ello viene con la relación niño-adulto. El pedagogo se compone
de saber más conciencia. Son roles diferentes el saber más o enseñar más. No es
suficiente tener saberes, es necesario darlos. Y curiosamente, aunque la
relación es de entrada asimétrica, maestro y alumno deben sintonizarse en niveles
iguales para que el enseñante logre poder transmitir lo que sabe. No es
evidente lo que se enseña, pero no es factible transmitir en asimetría, debe
haber diálogo e intercambio. El pedagogo se baja al nivel del alumno. Progresivamente
el pedagogo coopera con el espíritu del alumno y nunca debe revelar sus intenciones,
éste es un consejo central para el pedagogo.
Me parece muy importante la diferencia entre el
saber para sí y para darse a otros. Aquí, nuevamente nos llama Levinas a ser
para otros, como padres, como maestros y lograr nivelarnos para dar, aún
sabiendo que sabemos más que nuestros hijos por ejemplo, ponernos también a
ratos en el rol de alumnos y dejar que de ellos emane el maestro que llevan
dentro.
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