La luna como arquetipo se gesta y es en proceso
como un embarazo, es proyecto y misterio y está caminando hacia, necesita
tiempo y preparación, está en nosotros para esperar buenos resultados. La luna
es imaginación, sueños y sensaciones y es carta interior y creativa. Es también
nido, núcleo, dentro, en casa y en seguridad, vida íntima y es la noche, es
oscuridad, pero no negativa, es esperar que se levante el día. No distinguimos,
pero imaginamos. Estamos en familia, con los nuestros. Se une a la madre
cósmica y se relaciona con la fuente de todos los líquidos.
Alguien penetra su mundo interior para después
salir. La idea es mirar la luna en términos positivos y no tomar sus elementos
de manera negativa y no inquietarse. Dejarse vivir en la luna para regresar a
la luz y ser desde la creatividad encontrada completarse en la acción hacia el
otro. Su misterio en nosotros es creatividad anhelada, la máscara que cae para
penetrar las sorpresas interiores de nuestros mundos ocultos. Nada debemos
temer en ella, al contrario, las dudas que suspende en el infinito serán luces
que iluminarán nuestro camino en la tierra y nos sostendrán con caricias
prometedoras. Su mirada celestial me inspira a darme a todo otro en el cerco de
sus estrellas de amor. El mundo nos promete en las lunas de nuestro sendero y
podemos recargarnos en ellas para siempre brilla y compartir su luz interior en
nosotros, dorado divino.
En tus sueños y misterios me descubro, luna, rostro del otro
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