Grace Nehmad

miércoles, 5 de mayo de 2021

La alegoría de la caverna de Levinas y Platón

 

La alegoría de la caverna no es un mito, por eso es alegorías, es de alguna manera, un resumen del pensamiento de Platón. Es discípulo de Sócrates y su obra se nos presenta en forma de diálogo entre personajes conceptuales. Es el pensamiento de su maestro Sócrates o de Platón mismo el que transmiten sus textos en diálogo, no lo sabemos. Su metáfora es representación de la condición humana. Para Platón lo que vemos no es la realidad, existen dos tipos de realidades, la sensible y la inteligible. La sensible es el mundo que percibimos a través de los sentidos, es material y es temporal. Es fruto de una transformación constante y se degrada y desaparece en el tiempo. El cuerpo evoluciona y degenera con el tempo. Ningún objeto es perfecto y el espíritu sí concibe lo perfecto. La realidad sensible es movimiento perpetuo. El mundo físico es proceso en cambio que nos aproxima a la muerte. El mundo sensible no es todo, existe otro mundo de esencias, superior, es un mundo inteligible para Platón. .Las emanaciones de un sistema informático crea ilusiones visuales de un código informático y esta emanación es el mundo sensible de Platón. La realidad profunda es el código y no la ilusión que proyecta

En la caverna los hombres encadenados y prisioneros se alumbran con la luz de un fuego central. Hombres portan objetos y los prisioneros ven las sombras de los objetos. Si los liberan al deslumbrarse con la luz total sería muy violento y no distinguiría nada. A través de un proceso podrá ver, primero mejor en la noche hasta llegar a la luz del sol. En el mundo inteligible se ve la realidad completa. La oscuridad es ignorancia y la luz trae conocimiento e inteligencia. Nos encontramos para Platón en un lugar muy bajo de desarrollo. Los gobernantes filósofos para Platón son elevados y cercanos al espíritu sin la pesadez del mundo físico. La caverna es la metáfora de la ignorancia y vamos trabajando en un proceso hacia lo espiritual por inducción llegamos a leyes y generalidades mediante la observación.

Se distingue entre una opinión confusa y después a través de confrontación con más ejemplos vamos logrando la ciencia que se separa de la opinión. Los hombres están encadenados desde la infancia. Se van transformando con aprendizaje y descubren otras maneras de ver el mundo. Llegamos a las esencias escapando el condicionamiento y los errores. Las sombras son errores y no el origen. No debemos confundir sombras y esencias. La sombra desnaturaliza al objeto, falsifica.

            No copias fieles de la realidad. La sombra es bidimensional y el objeto tridimensional. La sombra nos hace perder una dimensión. La cuarta dimensión no la vemos, nos lo imaginamos más allá de lo que vemos. El discurso de estos prisioneros es limitado y tiene una parte de verdad. Por eso conocer las sombras es distorsión. Somos todos prisioneros de este mundo sensible y no somos parte del mundo superior espiritual. ¿Quién nos va a liberar? Nuestra capacidad de asombro. A través del otro nos liberamos. Si nos acostumbramos nos estancamos. El otro es intermediario y nos confronta sobre lo que no queremos ver. El punto de vista del otro es entrada a nuestra evolución. El deslumbre de salir de la caverna es violento hasta acostumbrarnos y digerir el impacto del acceso a la verdad, a la luz. Salimos de la opinión al lograr contemplar las esencias, después de un proceso de abstracción y conocimiento de lo inmaterial para Platón. Tratamos de alejarnos de lo material y de llevarlo a lo espiritual. La idea del bien en sí en la caverna es el sol en la caverna que nos da calor. La vida es don. La unidad es hacia donde tendemos para Platón y nuestra alma contiene esta eternidad, unicidad hacia dónde llegaremos.

            Esta idea de la caverna de Platón en su parte de adquirir el conocimiento a través del otro compagina con Levinas y en cuanto a nuestra transformación constante hacia la luz y confusión si permanecemos en las sombras. Pero para Levinas, las sombras quizás provienen del egoísmo y del enfoque de vida no ético que busca una verdad sin su parte ética aparejada y fundada en los deseos personales. La luz y la unicidad en Levinas vienen de la unión con todo otro a través de su asistencia. Me parece esclarecedora la alegoría de la caverna de Platón y al mismo tiempo, le veo estas trampas en las cuales ha caído la evolución de nuestra filosofía occidental y de las cuales pensadores como Levinas nos hace conscientes y nos rescatan.


Descubrirnos a través del otro, alejar toda sombra, ver las esencias para ayudar a todo otro y elevar nuestra espiritualidad

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