¿Quién es el otro?, ¿por qué nos dejamos
involucrar en las etiquetas y no nos podemos salir de ellas? Me decepciona que
podemos hacer muy poco por mover las miradas rígidas del otro y los temas
pretenciosos de vida. El otro es el único que puede salirse de su
encantamiento. Lo peor es que nos vendemos por el otro y no logramos darnos en
amor. Para Pascal el corazón tiene sus razones y somos seres emocionales,
aunque fue un gran hombre de ciencias, después fue místico que vive su noche de
fuego y la relación entre la razón y la fe le preocupa. El amor nos empuja
hacia el otro y caemos en las redes del otro. Es enamorarse un misterio que
escapa a la parte intelectual. El amor nos invade y somos arrastrados por su fuerza
y la razón es destituida. Las personas que nos elevan nos hacen sufrir, ¿Cómo
puede ser? No hay coherencia, pero es viva fatalidad o experiencia de
aprendizaje y crecimiento. El amor no se deja evaluar por el otro. Es bajar la
guardia y dejarse enamorar por una mirada, una sonrisa, una caricia. Podemos
encontrar cualidades y no es lo que nos hace amar al otro. Las cualidades se
encuentran cuando amamos y no desde otro lugar. No es racionalizable aunque es una manera de
liberarse de la dominación amorosa del otro. El amor va antes que la razón. El
amor al otro excede todas las preguntas racionales. Para Schopenhauer el amor
es racional, es para fines reproductivos de la especie, el compañero que va a
optimizar nuestra descendencia y de manera subliminal lo sabemos. Pero no es el
punto de vista de Pascal ni de Levinas. Ser compatibles y complementarios es lo
que buscamos en el otro dice Schopenhauer, es inconsciente este reconocimiento.
El amor nos lleva al otro en certeza para estos tres autores desde diferentes
lugares. Sabemos de manera profunda que el otro es lo mejor para nosotros. En
todo caso, nuestra elección no viene de la razón, viene del corazón. La razón va
a favor o en contra del corazón y sus verdades. Sabemos de manera intuitiva y no
se demuestran nuestros actos hacia el otro pues son verdades del alma. Para
Levinas, el misterio del otro es misión de vida para asistirlo. Me parece que el
amor al otro nos saca de control y nuestras etiquetas se pierden, las ponemos
para darnos seguridad y para darnos la sensación de control, pero el misterio
del otro sabe más que nosotros y nos saca de nuestro cuadrante. Y vale la pena
vivir y experimentar para ser para el otro, perderle el miedo a la vida y a la
sensación de falta de control. El otro nos saca de nuestro cuadrante y
existimos para él pues somos animales gregarios yu nos significamos y resignificamos
a partir del otro y de su ser interior, no de su materialidad, o su
materialidad viene a justificar el misterio que de él nos atrae y enamora como dijimos
antes. Ante todo, nuestros fines de amor por el otro deben asegurarse,
prevalecer y abrirse camino para servirlo. Dar espacio al otro es comprendernos
y sabernos racionales inclusive para darnos a él. La entrega en humildad nos
permitirá ser para y olvidarnos de los miedos y de la necesidad de control. Al abrirnos al otro, el ejemplo promete ayudarle a abrirse y ayudarnos a aterrizar juntos mejores soluciones extistenciales al servicio de.
Abrir nuestros cielos y colores para el otro del el misterio del aprendizaje
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