Grace Nehmad

lunes, 24 de mayo de 2021

Adán y Eva condición estructural, retorno deseado a través del otro

 

 

Adán y Eva y su mito de pecado original, es realidad para muchos pero aquí se revisará como explicación estructural laica de la existencia humana. Adán es creado de la tierra, del polvo y Dios sopla en su nariz. Es el masculino de la tierra, simbólicamente es opuesto a la tierra y sus recursos que va a explotar. La tierra es femenina. Adán es hombre genérico y comprende al género humano, hombre-mujer, son ish e isha en hebreo. Adán es totalidad que contiene las dos polaridades. En el origen son creaturas únicas y cortadas en dos por Dios. En el jardín del Edén el tiempo no existe y ellos tienen todo sin trabajar. Se les prohíbe el árbol del bien y el mal y se les advierte que morirían si comen. La serpiente le dice a Eva que no morirán, pero sabrán. Y al comer Adán se da cuenta de que está desnudo y tiene vergüenza y se esconde. Dios se da cuenta que comieron por la conciencia de Adán y los expulsa del paraíso diciéndoles que él ganará su pan con el sudor de su frente y ella parirá con dolor. La serpiente será el ser más bajo de la tierra, condenada a estar en el polvo y la materia. Ellos son condenados al dolor y no a la muerte. El trabajo comienza en el mundo de reproducción y es con dolor para producir y perpetuar el ciclo vital. Ahora conocerán la muerte, la materia y el tiempo. La expulsión los hace conocer la experiencia de la muerte. Ellos son condenados a trabajar y al tiempo ya fuera del tiempo eterno. El tiempo los matará y los hará sufrir. Baudelaire en su poesía habla del tiempo que es muerte y nostalgia, angustia y conciencia. Adán y Eva caen a la materia y se les da vestimenta de piel. Fuera del tiempo no hay angustias. El hombre pleno se degrada y ya se separa del centro de su ser. La vergüenza nos viene con la conciencia de la mirada del otro y representación de sí mismo a través de esta mirada que nos divide. El ser dividido es conciencia, representación y culpabilidad. Antes la ignorancia del bien y del mal era del significado de estar desnudo y de la carne y el espíritu. El imbécil es estar sin conocimiento y no le hace falta, es simple y no se avergüenza. En la dualidad nace el gusto del fruto. La evidencia pura es curiosidad ingenua. Para Rousseau en este Estado no hay dualidad ni maldad y en el Estado civil nace la representación. Ser simple de espíritu está en el Estado de naturaleza y se complejiza a través de la bifurcación que lo compenetra en el mundo mental. El pecado fue romper esta simpleza y de llevar a la ruptura y separación, dualidad. Se rompió la unidad y entró la distancia al mundo. La inmediatez se pierde y se fragmenta. La unidad de inmanencia pura se rompe y este mundo nos lleva a regresar a ella en conciencia. La dualidad es posibilidad del bien y del mal. El libre albedrío nos da estas posibilidades de elección. La prohibición nos atrae siempre, el mal es quizás la posibilidad de. La unidad es Dios y la pluralidad nos aleja de lo divino. La posibilidad es libre albedrío y es posibilidad de juzgar y de producir las consecuencias de nuestros actos libres. El real reacciona a nuestras elecciones que comprometen nuestra libertad. Adán y Eva eligieron y quisieron hacer la experiencia de la materia en responsabilidad. Las consecuencias de mis acciones en el mundo están relacionadas con el principio de causalidad y racionalidad. La posibilidad del mal es ya el mal y podemos reorientar el mal y no sufrir las consecuencias. El que hace la sombra de Dios es el diablo, es copia en Platón del mundo sensible de las sombras. El que tienta es la serpiente para vivir esta experiencia de conciencia del mal a través del dolor y la curiosidad es la atracción de salir de nosotros mismos. La curiosidad es dinámica y la que hace entrar a Adán y Eva a este mundo para tratar de regresar a lo eterno en conciencia con el precio de la libertad con sufrimiento y trabajo y dolor. El pecado original Adán y Eva es representación estructural y no son culpables ni inocentes, quisieron salir de sí mismos para asumir su libre albedrío. El trabajo es paciencia necesaria para regresar al paraíso. A través del Estado civil está la lucha para regresar al Estado de la naturaleza. El feto se separa de la unidad de la madre para sufrir y en conciencia regresar al todo. El sufrimiento de Adán y Eva era necesario para vivir la historia de la humanidad, es pecado estructural que precede el aprendizaje. Dios no se enoja ni amenazó quiso prevenir ese árbol y advertir. El orgullo debe confrontarse para ser perfectibles y experimentar y corregirse y aprender. No somos pecadores, somos culpables de ejercer nuestro libre albedrío.

Me parece muy clara esta explicación y verla así de manera laica pues independientemente de lo que cada uno crea, nos ayuda a aclarar nuestra responsabilidad para ejercer el libre albedrío y elegir. Levinas nos diría que nuestra realización existencial está en el rostro del otro y entonces nuestras elecciones de vida deberían de ser tomadas para asistirlo en conciencia y en amor, en responsabilidad para así lograr el retorno deseado.


El rostro del otro, elección de acción y retorno

No hay comentarios:

Publicar un comentario