Necesidad de saber, filosofía y el otro
Aprender en atención y aprovecharlo todo. Todos queremos
saber, decía Aristóteles.
Hombre sí ¿y animales? Nacemos en desventaja en comparación
con los animales
El cuidado del bebé es intenso, es muy vulnerable y debe tener un período de
crianza hasta los dos años para ir a la escuela. Es muy largo, porque lo
primero que hacemos es filosofar y todo preguntamos y queremos respuestas y
tenemos muchas dudas. Tenemos que investigar porque tememos morir y no sabemos
qué hay después de la muerte. Tenemos muchas dudas y preocupaciones. Comenzamos
a morir desde que nacemos. No sabemos si hay vida después de la vida, cada uno
lo resuelve. Nuestras dudas nos empujan a la educación y los animales no se
preguntan nada. Somos vulnerables, pero somos esplendorosos y creados a imagen
y semejanza divina. Ellos pueden ser adiestrados, pero nunca tienen dudas.
La filosofía nos ayuda porque requiere del disentir para
avanzar, es una metodología de trabajo en conflicto para avanzar desde ahí
aceptando la crítica y la búsqueda. Se trata de no querer controlarlo todo por
miedo a la muerte pues en realidad ese afán no nos ayuda. Por lo mismo, lo que
ayuda es el vínculo y la conexión y encontrar una filosofía apasionada que nos
lleve a lugares recurrentes que se mirar con nuevas miradas y en especial desde
el vínculo y para la comunidad. La filosofía es para todos, para aproximar a
todo otro y asistirlo en términos Levinasianos.
La
filosofía es inacabada y viva y nos da un marco para asistir. Se da un
paralelismo con la docencia, una necesidad de transmitir y de ver por el otro.
Se trata de ver por el desarrollo del otro y eso potencia el bien. La filosofía es una
cosa pública y no es actividad de un grupo selecto, es de las calles y para las
calles como decía Sartre. Exponerse tiene consecuencias y se debe decir sobre la
vida comunitaria. La filosofía no es actividad gratuita ni ociosa. Jaspers no le ve utilidad. Para él filosofar es preguntar por la satisfacción de hacerlo. No es un ocio la filosofía, ni exceso por exceso, es así para ir más allá y relacionarlo todo con la comunidad y con el otro y la
voluntad de comunicarse para ayudar. Es escaparse, ir más lejos para regresar a
ayudar.
Todo
docente debe tener una dosis de filosofía en su cabeza. El ir más allá no es al
estilo de Heidegger para no volver, es al estilo de Levinas para comunica y para asistir, para escuchar en acción, en conciencia. Música y filosofía comparten
esa experiencia que va más allá y quiere ver más allá de los límites de esta
dimensión y siempre para volver al otro en apertura para asistir. Todos
vivenciamos con diferentes intensidades y la idea es centrar la experiencia en
aproximar al otro. No podemos vivir sin música ni sin filosofía, sin preguntarnos
porque la pregunta central es la muerte y es lo que mueve toda existencia
humana inacabada. Relacionarnos y vincularnos nos da sentido de vida y al menos
nos ayuda a todos a vivir mejor, en acción y ayuda, en escucha y comunidad, dentro de la pregunta que conjuga la polaridad de lo individual que se
potencializa a nivel comunitario en pasión igualitaria donde hago mío lo del
otro por una razón común, en amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario