Grace Nehmad

jueves, 14 de enero de 2021

Las palabras para comunicarnos y ayudar a todo otro

 

 

Ética y lenguaje Levinas y Habermas y asistir al otro

Los autores nos dicen en su propuesta de acercamiennto al lenguaje:

"la propuesta busca poner de manifiesto que, en el uso pragmático del lenguaje, tal y como se realiza en la intersubjetividad humana, está ya vigente una dimensión ética que no puede ser ignorada ni preterida, Se trata, pues, de analizar la pragmática de nuestra lengua cotidiana para revelar en ella el núcleo básico de la moralidad. Se intenta así poner de manifiesto que en el uso intersubjetivo del lenguaje, ya sea en la comunicación, el diálogo, la invocación, la argumentación, o en algún otro juego lingüístico. ya está ya vigente de manera secreta una dimensión ética originaria, la cual no puede ser ya ni refutada ni olvidada, porque recurre cada vez que abrimos la boca para articular, en el seno de una comunidad lingüística, la más mínima palabra con sentido”.

                Estoy muy de acuerdo con esta lectura de la manera de utilizar el lenguaje que lleva inmersa una dimensión ética. Así, incluso en el primer Wittgenstein ya existe una dimensión ética en la búsqueda descriptiva y lógica de enunciados de comunicación. Supuestamente Wittgenstein no la trabaja, pero sí lo hace de manera inconsciente, aunque es verdad que debe buscarse conscientemente pues podríamos engañarnos y llegar a considerar enunciados dándoles veracidad objetiva de manera positivista y están sirviendo siempre un intercambio con causa inconsciente o consciente, con intencionalidad. Además se suma el contexto y el sentido de las palabras en su contexto.

                Podemos pensar que todos nuestros intercambios deben de estar permeados por una dimensión ética en el uso de nuestras palabras y una precisión en el lenguaje y desde ahí, bajo este esquema generamos relaciones éticas y con intencionalidad desde nuestro lenguaje para asistir a todo otro. En la práctica descuidamos mucho nuestra manera de hablar y de expresarnos y no dotamos a nuestras palabras e intercambios de corazón. Cada que vamos a hablar con alguien deberíamos de meditar antes en que lo queremos ayudar y en el uso de nuestras palabras. Normalmente somos descuidados y atrabancados y entre más en confianza nos sentimos, peor hablamos siendo que a nuestros seres más próximos es a quienes más debemos de ayudar. Nuestros próximos son los que más son puestos cerca de nosotros para que los asistamos y debemos meditar profundamente en todo esto y no tomarlo a la ligera como si diera todo lo mismo. Estamos en un momento de pandemia delicado y con más razón debemos cuidar nuestras palabras e intercambios e intentar animar a todo otro y asistirlo en lo que podamos. En este sentido nuestro contexto de pandemia da otro significado a nuestras palabras en estos momentos y debemos de reflexionar profundamente en su impacto para ayudar en todo momento.

Los espejos nos comunican para ayudar a todo otro

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