Ética y lenguaje
Levinas y Habermas y asistir al otro
Los autores nos dicen en su propuesta de acercamiennto al lenguaje:
"la propuesta busca poner de
manifiesto que, en el uso pragmático del lenguaje, tal y como se realiza en la
intersubjetividad humana, está ya vigente una dimensión ética que no puede ser
ignorada ni preterida, Se trata, pues, de analizar la pragmática de nuestra
lengua cotidiana para revelar en ella el núcleo básico de la moralidad. Se
intenta así poner de manifiesto que en el uso intersubjetivo del lenguaje, ya
sea en la comunicación, el diálogo, la invocación, la argumentación, o en algún
otro juego lingüístico. ya está ya vigente de manera secreta una dimensión
ética originaria, la cual no puede ser ya ni refutada ni olvidada, porque
recurre cada vez que abrimos la boca para articular, en el seno de una
comunidad lingüística, la más mínima palabra con sentido”.
Estoy
muy de acuerdo con esta lectura de la manera de utilizar el lenguaje que lleva
inmersa una dimensión ética. Así, incluso en el primer Wittgenstein ya existe
una dimensión ética en la búsqueda descriptiva y lógica de enunciados de
comunicación. Supuestamente Wittgenstein no la trabaja, pero sí lo hace de
manera inconsciente, aunque es verdad que debe buscarse conscientemente pues podríamos
engañarnos y llegar a considerar enunciados dándoles veracidad objetiva de
manera positivista y están sirviendo siempre un intercambio con causa
inconsciente o consciente, con intencionalidad. Además se suma el contexto y el sentido de las palabras en su contexto.
Podemos
pensar que todos nuestros intercambios deben de estar permeados por una
dimensión ética en el uso de nuestras palabras y una precisión en el lenguaje y
desde ahí, bajo este esquema generamos relaciones éticas y con intencionalidad
desde nuestro lenguaje para asistir a todo otro. En la práctica descuidamos
mucho nuestra manera de hablar y de expresarnos y no dotamos a nuestras
palabras e intercambios de corazón. Cada que vamos a hablar con alguien
deberíamos de meditar antes en que lo queremos ayudar y en el uso de nuestras
palabras. Normalmente somos descuidados y atrabancados y entre más en confianza
nos sentimos, peor hablamos siendo que a nuestros seres más próximos es a
quienes más debemos de ayudar. Nuestros próximos son los que más son puestos cerca
de nosotros para que los asistamos y debemos meditar profundamente en todo esto
y no tomarlo a la ligera como si diera todo lo mismo. Estamos en un momento de
pandemia delicado y con más razón debemos cuidar nuestras palabras e
intercambios e intentar animar a todo otro y asistirlo en lo que podamos. En este sentido nuestro contexto de pandemia da otro significado a nuestras palabras en estos momentos y debemos de reflexionar profundamente en su impacto para ayudar en todo momento.
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