Grace Nehmad

martes, 19 de enero de 2021

Longevidad y el otro

¿Longevidad la pensamos en sentido negativo? 


Es en realidad vector de lo que hacemos, de nuestros hábitos y vida potencial y lo que queremos comunicar.

Tiene una parte funcional, vivir bien con diversos temas implicados en el plano físico, mental y emocional.

Estos temas atañen salud, nutrición, vida emocional para lograr longevidad y calidad de vida.

Muchos no han pensado su muerte y se dicen que llegue cuando toque. La mayoría se basa en la esperanza de vida actual que es entre 75 y 85años. Y si mueres a los 83 ¿cómo quieres estar físicamente? Todos quieren ser independientes y llevar una vida normal con una 

racionalidad para comprender el mundo. Queremos tener capacidad para mantener el entorno y comprenderlo.

En cuanto a la vida social ser alguien con amigos y familia, en interpelación activa. En el plano económico, lo queremos cubierto, aspiramos a una vida normal. Queremos seguir aprendiendo y formar parte del mundo. ¿Entonces por qué morir? Y automáticamente nos añadimos unos años de vida.

Para ello debemos alejar las razones principales de la muerte.

Las principales razones de muerte son cuatro:

cáncer, ataque al corazón, enfermedad degenerativa o accidente como una caída.

¿Cómo retrasar ésto?

La estategia está  en la nutrición, la actividad física y el estímulo intelectual con relaciones interpersonales activas, cercanas. Años y calidad de vida es en lo que debemos trabajar como meta. Ser funcionales y posponer estas razones de muerte es el objetivo.

Es una invitación a la reflexión. Debemos pensar en corto y largo plazo pensar en treinta y en cincuenta años también y en todo momento tratar de poner al otro primero y pensar en su longevidad, en sus puntos de trabajo y en aproximarme para ayudar a la longevidad del otro conseguida en estos términos. Un buen pensamiento es que no es negativa si se tiene todo ésto de nuestro lado. Cambia por completo nuestra visión de la tercera edad que suele ser negativa y puesta de lado en nuestras sociedades recargadas en lo efímero y en la valoración de la juventud. En la vejez podemos pulir nuestros encuentros y nuestra existencia, podemos aportar mucho a nuestro entorno y apoyar a otros sin ser rechazados y despersonalizados socialmente. Enfocarnos en el otro nos ayuda a ser longevos y conseguirlo todo desde la apertura y la escucha, desde la valoración.

 ¿Cómo podemos ayudar al otro a aumentar su esperanza y calidad de vida?

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