Grace Nehmad

miércoles, 13 de enero de 2021

Deleuze, espacio e ideas para servir al otro

 

Deleuze, espacio e ideas para servir al otro

Deuleuze es innovador con la diferenciación que introduce y el concepto de espacio y su relación con el tiempo, que lo lleva a su idea del lenguaje. Nos habla de la matematización del espacio y se recarga mucho en Kant y en sus reflexiones metafísicas. Usamos un tiempo crónico, pero son proyecciones, pasado, presente y futuro. En realidad, vivimos en el instante, bergsoniano que es duración y si se experimenta espeso es de calidades y cualidades y es relativo y no está relacionado con el reloj, es de experiencia. Pasado y futuro existen en tiempo de performance. El tiempo huye y en Cortázar se aprecia en el perseguidor de ese tiempo que huye y no es tiempo de relojes. Vemos a un sentido musical también, es hablar de estas dos dimensiones espaciales del tiempo. De alguna manera el tiempo se fragmenta y expande. Los silencios son puentes y registran intensidades. La vida no se puede pensar sin tiempo o espacio. El espacio se empieza a pasar por el cuerpo inconsciente y no con entendimiento. Se vincula a la idea como problema y es espacial. El tiempo es problema y el espacio lo resuelve, es aterrizarlo. Hay hábitos diversas relaciones con espacios y tiempos diversos. Se produce una idea en encuentro, hábitos y movimientos. El estudio de espacios de Deleuze se basa en los estoicos y en Leibnitz. Toma su idea de huevo con relación dentro del espacio y cada punto que interviene es complejo y se resiste a ser borrado. El espacio de extensión es el sedentario, es cuerpo físico y es heterogéneo y hace espacio diverso. El espacio geométrico es el matemático. El espacio innato es de orden intelectual.

Los estoicos piensan en contorno, en definir y es crítica a Platón del mundo de las ideas. Los estoicos dicen que sólo dices qué sí es cubo y qué no es, pero no caracterizas al espacio. Hay diferentes tipos de espacio, cuerpo extenso físico, abstracto y concreto a la vez como lo caliente y grande. El espacio es así un pliegue de relaciones. Muchas manos humanas y no humanas, no se trata de espacios vacíos.

De lo anterior derivamos que hay un dominio natural y otro cultural y las ideas son indeterminadas, después se determinan de manera recíproca y finalmente se completan. Deleuze busca en el espacio observable y en la individuación del espacio. El siglo 20 es así Deleuziano decía Foucault pues la tradición filosófica francesa y no anglosajona entra en juego con la idea de la diferencia y del lenguage que construye la realidad, si quieres cambiar tu realidad, debes cambiar tu lenguaje. Estas visiones suenan quizás visiones evidentes y cercanas hoy a nuestro contexto actual.  Deuleuze nos llama a su época post estructuralista, antes de la hermenéutica que entra con él, la sociedad tiene una estructura de fondo y esa idea se deshecha.

Me parece muy interesante acceder a estas nuevas formas de pensarnos y aterrizarnos con espacialidad creativa de las ideas que se atreve a conceptualizarse con vínculos y temporalidad espesa y diversa. Y nuevamente concretar en términos levinasianos, en diferenciación para atender al otro. Interesante también es ver que esta espacialización de las ideas se maneja en urbanismo y logra aterrizar en términos concretos para servir a la población en puentes y vialidades, en edificios y ecología, en entramados diversos que facilitan nuestro estar en el mundo y si nos ayudamos de Levinas hacemos intervenir a la dimensión ética como prioritaria siempre.

En el espacio aterrizamos las letras y el lenguaje atrapa nuestras ideas en el mundo, podemos significarnos para el otro prioritariamente


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