Damos sentido a la vida con la ilusión de un Dios que sea como el padre que premia y castiga según Freud y por ello inventamos a Dios y para Freud es una ilusión. Otros tienen fe en el hombre y en diferentes manifestaciones de sus talentos. Freud dice que el hombre se crea para evadir la angustia existencial que para Pascale se evade a través del ‘divertimento’. En cualquier caso el hombre de fe cree sin necesidad de recompensa y eso sería lo deseable, podemos tener fe en lo que queramos pero se trata de que logremos un mundo de adultos en donde cada uno busque hacer el bien y ejercer la justicia. Un mundo de adultos tampoco busca un Dios por miedo al castigo o esperando recompensa y como humanidad debemos tender a ese lugar que canalice nuestras pasiones destructivas y las convierta de amor a todo otro.
Plegaria, encuentro cósmico sin premio ni castigo
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