Revisé ciertos aspectos de la teoría de la acción
en Ricoeur que involucra apertura y diálogo, esfuerzos en fenomenología, hermenéutica,
y un análisis para abordar el qué hacer. Este qué también posee justificación y
normas, una arquitectura que arpentéa desde la descripción fenomenológica y sus
interpretaciones, hasta la revolución lingüística que toma en cuenta la lógica y
expresión del lenguaje y su racionalidad. Estamos hablando aquí de una lógica para
la filosofía analítica y las acciones y argumentaciones.
Ricoeur va a profundizar en la fenomenología de
la voluntad, en darle la vuelta a la acción humana husserliana en una crítica de
estudio de la acción. Esferas afectivas y de voluntad juegan entre sí y el método
que va debajo de la percepción de éstos. Para Ricoeur cambia el orden de
sentido y la voluntad es el centro de todo y va más allá del mundo de la naturaleza.
¿Cómo entender desde la voluntad? Incluso el
observador es también agente.
Entonces el cogito cartesiano es querer.
Ricoeur quiere saber si el ego trascendental está ahí o es posible disolverlo y
el motivo dónde está en la acción. Busca una filosofía empírica de la voluntad
en la acción. Entran en juego diferentes factores como la experiencia libre, relación
entre conciencia, intención motivos, voluntad. El lenguaje es expresión de
medio y organizador de transacciones entre humanos, discurso de la acción.
Trabaja en su tesis de la voluntad acerca de sus límites o condiciones. Su
filosofía de la voluntad se da desde el qué, es escoger, reaccionar y aprobar.
Debate con Nietzsche qué es voluntad pues no es crear para Ricoeur y sí para
Nietzsche. Para Ricoeur hay un límite de resistencia que son las condiciones. Hay
condiciones para estas tres opciones, capacidades y posibilidades, camino al
sí, qué podemos y qué no podemos. Así, la acción a menudo escapa a mi intención
y se interpreta distinto de lo que yo quería que se interpretara. Hay un sentido
físico y el de interpretar, hay acción sometida a los otros y a su
interpretación. En toda acción hay distancia entre el qué y el por qué y ahí
entra la intención. También todo este juego del otro y de su interpretación. La
voluntad es motor como en Nietzsche, pero tiene condiciones y es importante
tomarlas en cuenta, así como cuándo se escoge, se reacciona o se asiente.
Me
parece que aquí entraría un Foucault con sus juegos de poder y cuándo se puede
accionar y decidir realmente, la voluntad está mediada. Sin embargo, la
voluntad en momentos brinca y se libera para cambiar sus condiciones me parece
y eso es lo que inspira y sería interesante estudiarlo con más precisión para
realmente lograr cambios. Y me falta un Levinas, pues están los otros para
interpretar pero no el otro como motor central de toda voluntad y de ese querer
cambiar su cama de condiciones que motivan la acción.
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