¿Necesitamos conflicto? Unos se liberan y se
esclavizan otros
Heráclito habla del conflicto. Dice que nos sobrepasa
y la guerra igual.
Una posible definición para empezar a hablar
del tema es: batalla, oposición, desacuerdos en algo, hay un tercero o no, el
tercero es la ley, Dios, el alma humana. Hay términos que lo acotan. En la Ilíada
se pasa del conflicto armado a la ley. Se pasa de la guerra a lo político.
No hay en realidad diferencias de naturaleza son diferentes formas de
conflicto. Hasta el terrorismo es otra especie de conflicto y es bueno matizar
las diferencias ¿inevitables? ¿Se pueden moderar?
Hay odio y violencia y es muy general, depende
de cada caso. Hay formas de violencia diferentes, grupos o personas en pareja o
familia. Todo es no poder definirlo, pero es intentarlo. Es conflicto dentro
por estar juntos y se puede tratar de desmenuzar sin eclipsar a nadie, con la
ayuda de un tercero. La oposición pura se vuelve guerra. En la guerra se busca
destruir, en los otros casos es búsqueda de reconocimiento y no necesariamente es
destructivo.
La fuente de todo conflicto es nuestra
diversidad y el tratar de coexistir entre el amor y el odio. Hay conciliación y
acuerdo y quizá logremos recargarnos mejor en ello. El conflicto va del
desacuerdo de amigos hasta los países y se puede mediatizar, hay conflicto
estructural y quizás es no dejarse llevar, constatar las diferencias y darles
cause. Constatamos el conflicto y tenemos mucha esperanza a partir de la caída
del muro de Berlín y pensábamos entrar en pacificación. Pero ahora hay gran
conflicto constante y quizá es dejarlos absorberse sin esperar la paz completa
del mundo, es aceptar el conflicto pero que no lleguen a extremos que maten. Es
quizá civilizar los conflictos y saber que pueden llevar a la creatividad y mejoría.
Lo malo es que hay también crecimiento sin conflicto y no sería entonces
necesario. ¿Pero cómo evitarlos?
Las posiciones de dominación llevan al conflicto
y es más bien relacionarse de otra manera de entrada. Aplastar el conflicto cuando
ya se dio es muy violento y de peores consecuencias. Es importante saber que la
negación lleva al conflicto. Como Hegeliano, quizá el mundo dominante pensaba
que el conflicto llevaba a la promesa de crecimiento y solución y fue la
promesa del progreso y es en realidad perversión y una idea totalizadora.
El
tercero daba la posibilidad de negociar desde el mundo griego y se transforman
las pulsiones. La catarsis de Aristóteles sigue vigente. Se debe distinguir
ente el arte y la base de política se trata de diferentes herramientas para
liberar el conflicto. Todo el tema es mediatizar y debemos regresar al tiempo y
espacio de reconocimiento sin negación que lleva a la guerra.
Los diferentes terrorismos raciales pueden
resolverse con democracia que lucha contra los conflictos interiores. No es el
mal radical, es un conflicto que hace progresar en manifestaciones y se da
salida y solución democrática.
El conflicto hace progresar y no debe ser
negado. La mediación, la palabra y las instituciones pueden moderar y regular. Los
conflictos sociales pueden resolverse a través de la negociación que a veces en
realidad no se resuelve y no se conduce a solución de salida quizá porque de
entrada la relación es de dominación y eso no es válido, se trata de cambiar
nuestra manera de aproximar a todo otro, nos diría Levinas.
La tesis de Hegel ya no es aceptable y no se
resuelve en compensación para los genocidios. Eso no es sostenible, debemos
intervenir y no es tolerable el conflicto constante que se han extremado adquiriendo
distintas formas como lo son el terrorismo y la violencia sexual. A la mediación
y no negación no debemos dejarlas de lado, pero pueden seguir pasando porque
quizá debemos buscar otras formas de relación que sean de no dominación y
sometimiento de entrada. No se vale polarizar y tomar posiciones extremas, es
aceptar la diversidad. Debe haber diversidad y aceptación. Debemos evitar la
polarización con fines de gobernabilidad.
Veo un camino posible en la mediación y
negociación, en a la vez no aceptar el conflicto como forma de relación e irnos
un paso más atrás para relacionarnos diferente como lo propone Levinas para del
otro y no en términos de dominación. Un cambio de conciencia y acción son
necesarios y en especial en esta pandemia donde debemos aprender a cooperar más
y del vivir en un mundo globalizado que amenaza con radicalizarnos y llevarnos
a consecuencias negativas exponenciales. Pienso que debemos ir al origen del
conflicto y cambiar nuestras maneras de aproximar a todo otro y mediar todo
conflicto, pero no aceptemos el conflicto como forma de vida ni las ideas Hegelianas
totalizadoras. Me inspiré para este texto en una mesa redonda de franceculture.
¿Dónde la luz que ilumine nuestras relaciones con el otro al centro? ¿podemos vivir libres de conflicto?
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