Ayer fui absolutamente feliz pues fui a dar mi cla de pintura a la escuela Or sameaj. Vimos a Picasso, hicimos máscaras y hablamos de revelar la existencia, descubrirnos y sumar nuestras identiddades. Me dejaron dar mi clase en el jardín, una maravilla. Amo los jardines. Hicimos yoga, pintamos, representamos, intercambiamos y meditamos. Llegué a casa agotada, pero plena. Tengo mucho que organizar y entre ocupaciones reencuentro mis vacíos y preocupaciones y sufro. Soy un péndulo entre acción ezagerada y observación silenciosa. Ambos lugares me generan cierta ansiedad y añoro mejores equilibrio para escapar la vorágine que me quiere tragar aratos.
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