Estoy en El Colegio de México. Vine a un homenaje de mi maestro de matemáticas y me trae muchos recuerdos estar aquí. Debí de haber sido demógrafa y mi matrimonio me lo impidió de maneras no explícitas. Me hice pintora y poeta, me terminé divorciando y dado mi afán por la palabra, regresé a la investigación pero en filosofía, en estética. Lo malo es que aquí la vida se sentía completa y fuera es muy bonita pero muy difícil, para mí, nada cuadra. Mi camino religioso y espiritual me ayuda a lidiar con esos vacíos, pero la incertidumbre es enorme. Espero que mis múltiples y bellas actividades se equilibrarán mejor paso a paso y me quedaré con lo mejor de todos los espacios que he intensamente recorrido para aproximarme a Dios y ayudar a todo otro de la mejor manera posible desde mis habilidades y particularidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario