He tenido días intensos de reflexión. He buscado organizar mis emociones y descifrar las claves que buscan transmitirme. En estos caminos sufro. Se trata de un extraño parto rganizativo que no me da reposo. Sospecho que el detonador de estos procesos es una maquina de remo que me regaló mi hermano y mientras estoy remando escucho música clásica y ópera. Los instrumentos y las voces, los vesitos y escenarios me penetran profundamente. Siento las cuerdas de los violines y las expresiones de los cantantes quebrarse en mi ombligo. Después, me pierdo el las hojas del árbol que percibo desde la ventana de mi cuarto. Quiero remar todo el día. Fuera de la máquina, los procesos que detona me hacen llorar sin razón aparente y sufro. Supongo que se organizarán mis archivos y podré descansar.
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