Continúo prendida de las edades de la vida y de cómo aprender a envejecer. La dependencia se va haciendo más grande y las puertas de salida se cierran. Tratando de mantener nuestros espacios y paraísos en la tierra las luchas devienen cada vez más duras. Parecería que suenan todas las alarmas al mismo tiempo y no logramos salir de nuestras cabezas cada vez más restringidas y llenas de demandas acumuladas insatisfechas. Todos quieren lo bello de la vida y nada parece suficiente para cumplir estas demandas. En la infancia las miradas escondidas no existían, eran puras y despiertas. Nos contentábamos con estay juntos y disfrutar de la visa. En la edad adulta se mira con pensamientos alternativos y nos contamos muchas historias falsas. Las distorsiones abundan y es necesario no evadir nuestras edades y ser libres, claros y directos. Es la tarea del ser espontáneos e independientes desde dentro y dejarnos de tantas farsas. Los problemas deben enfrentarse y podemos vivir desde la aceptación sin comentarios dobles y miradas negativas hacia la edad en avance. El cambio de vivir más años afecta, duran los viejos jovenes y saludables y no es posible, debemos quedarnos adultos y con lazos. Aceptarnos guardando nuestros lazos en amor.
Permanecer en lazos saludables de amor, estar juntos en respeto, con miradas puras
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