Grace Nehmad

lunes, 5 de agosto de 2024

Felicidad y separación

 Felicidad y separación

En la felicidad tiembla el ser egoísta. El éxtasis separa comprometiendo los contenidos de los que vive. La separación se ejerce como una obra positiva del compromiso. Resulta un simple corte, como un alejamiento espacial. Estar separado es estar en casa. Pero eso es como el goce de lo elemental. El alimento interior sobreentiende la representación. La ambigüedad viene de también posar para otros y no sólo dentro. El vacío absoluto donde se pierde el elemento y surge es la isla del Mismo que vive dentro. El ser es economía en el éxtasis elemental interior. La felicidad así es principio de individuación. Es autopersonificación. El ser nace y rompe la eternidad viviendo del mundo y en su casa. El pasado viviente y vivido nos constituye así. Se trata de un pasado que se funde en nosotros y nos libera. El ser es creado. Buscamos elaborarnos a través de la separación como ateísmo. Esta separación egoísta es necesaria para la idea del infinito. De ahí parte la relación con el otro. Es tesis y antítesis en juego dialéctico que después va más allá. Pero el ser separado y el infinito no se contraponen, hay un excedente. Se busca en el otro algo más que la complacencia animal. En la punta del placer en este descenso interior se produce una ruptura que busca al otro e invierte el movimiento interior. Escapamos de la vida hacia la vida. El ser se eleva en una vida hacia el otro. Es la posibilidad de una existencia metafísica. Aparece así la inseguridad del mañana.  Buscamos habitar en unidad con el otro y transformamos la separación inicial siendo para desde la ruptura. Es un crecimiento hacia el otro que se desprende de la separación inicial. Pienso que necesitamos vivir con el otro y somos para todo otro y en comunidad. Debemos encontrar los puntos sanos de convivencia e interacción. Analizar estos puntos que desprende de Levinas en Totalidad e infinito nos aclara nuestro lugar en estas transformaciones y desde nuestras búsquedas posteriores. En estos momentos vivo la independencia de mi hijo y soy divorciada, todo tiembla dentro. Mi nueva relación con todo otro debe redefinirse. No sé cuál será su derrotero. Estoy en el amplio proceso de separación y renacimiento. Pienso que es determinarse separarse primero y redefinirme para volver a ir hacia todo otro. Lo difícil es que mis otros no me dejan separarme gran cosa y no alcanzo entonces a redefinirme. Por otra parte, tanta ruptura y distanciamiento no son buenos. Pienso que es buscar estos procesos con claridad y lograrlos. Regresar en nuevos lugares mejor acomodados para de ahí dar a todo otro en amor.


Dejo un gran sol detrás y voy hacia nuevos soles en gran entrega y amor

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