La hermenéutica fue una de las grandes influencias de Emmanuel Levinas. Esta corriente filosófica se basa en la interpretación de los textos, pero buscando siempre nuevos horizontes de sentido. Para Lévinas, el trabajo del filósofo debe ser pensar lo no dicho, abrirse a lo otro del texto, de las interpretaciones. Abandonamos de esta manera el marco verdadero-falso para instalarnos en uno de presencia-ausencia de las interpretaciones y significados.
Su trabajo sentó las bases para un pensamiento más ético que busca romper con toda la violencia que la tradición filosófica ejerce con sus discursos.
Su influencia en mí es muy importante y su pensamiento me atrapa como si lo acabara de descubrir y llevo años investigándolo. Todo mi trabajo en pintura y poesía se centra en estas ideas de reinterpretar, también en Torá y en el acercamiento cotidiano a todo otro. Escuchar es central, aprender a servir más y mejor. Y servir no necesariamente es hacer lo que los otros nos imponen desde el control, es desactivar este control enfermo y escuchar desde la esencia. Como recorrido de vida me resulta fundamental y ojalá aprenda a desarrollarlo de manera práctica, de dentro para afuera. Y también en mi trabajo de pintura y poesía. Por otra parte pienso que tampoco podemos dejar de lado al ser ni a la metafísica, debemos combinarnos en un ir y venir de lo abstracto a lo concreto sin por ello descuidar nada.
Dentro y fuera para darnos en amor
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