Perashá ki tavo
Deuteronomio capítulo 26
1Cuando vengas a la tierra que Dios tu Señor te da como herencia, ocupándola y poblándola, אוְהָיָה֙ כִּֽי־תָב֣וֹא אֶל־הָאָ֔רֶץ אֲשֶׁר֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ נֹתֵ֥ן לְךָ֖ נַֽחֲלָ֑ה וִֽירִשְׁתָּ֖הּ וְיָשַׁ֥בְתָּ בָּֽהּ:
2tomarás lo primero de todo fruto del suelo producido por la tierra que Dios tu Señor te da. Debes ponerlo en un canasto, e ir al sitio que Dios elegirá como lugar asociado con Su nombre. בוְלָֽקַחְתָּ֞ מֵֽרֵאשִׁ֣ית | כָּל־פְּרִ֣י הָֽאֲדָמָ֗ה אֲשֶׁ֨ר תָּבִ֧יא מֵֽאַרְצְךָ֛ אֲשֶׁ֨ר יְהֹוָ֧ה אֱלֹהֶ֛יךָ נֹתֵ֥ן לָ֖ךְ וְשַׂמְתָּ֣ בַטֶּ֑נֶא וְהָֽלַכְתָּ֙ אֶל־הַמָּק֔וֹם אֲשֶׁ֤ר יִבְחַר֙ יְהֹוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לְשַׁכֵּ֥ן שְׁמ֖וֹ שָֽׁם:
Regresamos así los primeros frutos de la tierra prometida a Hashem, bikurim, y se trata de dar lo mejor de nosotros siempre a todo otro, después de todos nuestros esfuerzos y en agradecimiento a Hashem por lo recibido, dar de regreso Su luz y canalizarla.
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