Llegué a San Miguel esta vez como a mi casa y ¡el primer evento estuvo mu padre! Di clase de pintura y letras en hebreo y perashá. Pintaron todos muy felices y estuve muy contenta compartiendo. El rezo en shabat muy bonito y faltan la expo y mi libro el miércoles. Compartir y ser parte de la comunidad se siente muy bien, pero todos tienen demasiados conflictos y en esta bella comunidad son entre americanos y mexicanos. Me piden ser una especie de arbitro, traductora, y no lo soy, nunca lo seré. Mi parte de la vida se limita a ser amiga de todos y compartir. Lo extraño es que esperan siempre otras cosas de mí, muchas cosas que no puedo darles. Me convierten en una especie de rabino o sacerdote y no lo soy, ni pretendo serlo. Casi hasta me reclaman como le reclamarían a Dios. Me concentro en mi trabajo y sigo. Y, eso sí, los trato bonito, les doy esperanzas, con todo, nada los deja contentos ni tranquilos. Persigo mi trabajo con fe y continúo. Espero poder alegrar a todos y darles fuerzas para seguir adelante. Ya llegará nuestro mesías y que nos agarré contentos y trabajando. Sé que así será.
Recorro mis caminos con fe y estoy lista para nuevas experiencias que avecinan, la vida nos dará nuevas luces y seremos libres, lejos de los juicios y prejuicios que nos matan como humanidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario