A veces, finalmente,
después de tanto buscar,
te encuentras, eres tú.
Pero entonces, nadie te reconoce,
te abandonan. Quieres explicarles,
en realidad ni tú lo entiendes.
Cabizbajo, regresas a tus viejas
andanzas.
Con la frente en alto, persistes.
En el justo medio combinas los
deseos del cuerpo y del alma.
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