Grace Nehmad

lunes, 8 de abril de 2019

sin miedo

Hoy es mi cumpleaños y pues ya 49! Mi Rav me pide estos días que reflexione quién quiero ser o poseer, mi visión de mí. Me toma por sorpresa pues todo lo que he planeado se ha deshecho. Estaba convencida de que serviría como demógrafa a mi país y me cayó la pintura, después la poesía. Creí que nunca sería ya investigadora y me cayó la filosofía. Creí que daba clases caseras de pintura para niños y se fueron a las escuelas. Creí que me sería fácil cantar y aprender hebreo y sufro horrores al aprender esos nuevos lenguajes, las notas, el piano. Meditar y rezar es mi elemento y me pierdo en este mundo físico. Total, nada comprendo. Si quiero hacer algo, se deshace. Soy divorciada y tengo un hijo, precioso, pero pensaba tener tres. Todo agradezco, pero mis planes de nada han servido y entonces, ahora estoy más asustada. He descubierto temas de vida insospechados como el estudio del Tanaj, pero ya me agotó mi incertidumbre actual y mi imposibilidad de calcular mi existencia más allá de mi nariz. Es un extraño tormento vivir. Además, no deseo nada de lo que la mayoría quiere como viajes, dinero, joyas, ropa, belleza física, poder, reconocimiento. Pero existir sin ese tipo de deseos mundanos me ha provocado muchos problemas. Por ejemplo, nunca se me ocurrió que yo tenía que planear un viaje ni decidir la compra de mi ropa, entonces, ahora que la familia creció, me quedo sin ropa ni viajes porque nadie me los dará y no tengo ningún dinero personal. Ni me alcanzan mis doctores ni ciertos básicos de mi casa que cubren mis padres. Mi familia tradicionalista ha manejado mi economía de extrañas maneras y no he sabido si pelear como feminista o como extraño ser en el mundo que no ha acabado de aterrizar en el planeta. Lo espiritual es mi esencia, las letras en hebreo, la flor de loto y crear, jugar con la pintura y las palabras, con mi voz. Me gusta leer despacito un enorme libro de arte, me gustaría tan sólo que me dejaran ser y dar todo lo que vine a dar y que se encarguen de nuevo de mi ropa y mis viajes que no me da tiempo de pensarlos. Y sólo quiero servir a .A. y ayudarle en su proyecto creativo, en traer luz al mundo y aproximar la redención. ¡Ya basta de distracciones! Ya no haré planes y trataré de no tener miedo.

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