Quisiera que vivir no doliera.
Duelen las relaciones
que no lograron acuerdos,
duelen los rechazos incomprendidos.
Podría ser diferente, ciertas andanzas
se extinguen por sí solas, sin dolor,
al tiempo que cambias de escenarios
y personajes de tus nuevos mundos.
Aún no encuentro la fórmula
del enojo, es bola de nieve
que detona guerras.
Su mutación puede llevarnos a la paz.
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