Disfruto al sol y a la luna,
de la nieve y de la lluvia,
los contrastes.
Trato de amar sus extremos.
Ahí me empieza a costar
más trabajo.
Pero en las experiencias
de plano no he logrado nada
en este sentido,
no consigo amar por igual
pérdidas y regalos de la vida.
A lo más que he llegado es
a cambiar de página más rápido.
Estar plenamente en el presente
y recordarlo todo con alegría,
y proyectarlo todo con intensas
ilusiones a cada paso,
es mi reto cotidiano.
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