La dualidad preocupa a Simone Pétrement que es una maravillada de su tocaya, Simone Vail, manteniendo su propio brillo y teorización de la vida. Nuestra autora habla de la dualidad y radicalidad. Ella piensa en el dualismo de Platón. En espíritu y materia y el bien y el mal, la conciencia está dividida y debemos escoger. Es irreductible la oposición entre el bien y el mal, nos dice. Y tendemos a la radicalidad lo cual es importante saber y tratar de matizar.
En la política hay confianza y distancia para decidir desde el escepticismo y este recato desde el saber nuestra tendencia humana a ser radicales.
Tenemos que trabajar dualidades, me parece, y no caer en radicalismos. Y como en lo político, podemos confiar desde el recato. Desde la idea de colaboración y respeto, sabiendo de nuestras tendencias radicales.
Nadas en tus estrellas, reconoces dualidades y decides con recato
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