Demasiadas historias se mezclan en mí. Las combino y avanzo. Como se pone difícil seguir el paso de todo lo que se me abre por mi intensidad, trato de ponerlo en las manos divinas. Al final, sólo soy puente y me voy adaptando a lo que pase, dar clases a cien niños o quedarme con dos y volver a empezar. Transformarlo todo y empujar mi creatividad para dar sin miedo y tratar de ayudar al máximo. He escrito desde muchos lugares, cuento, novela, poesía, investigación, jugando siempre con mi pintura. Trato en todos mis pasos de integrar cada cosa que hago, se suman y van siendo muchas y diversas, la escultura y el canto y el piano también presentes, me acompañan y buscan su lugar en mí, en mis flujos existenciales. Me entrego y trato de convertirme en espectador, de observarme sin miedo para ayudar más y mejor.
ayudar más y mejor.
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