Nada parece sanar, de hecho ahora no consigo un estado de salud equilibrado. Me siento en un extraño limbo y no consigo abandonarme a mis nuevos caminos. Esa ligereza de la juventud quiere abandonarme. Adquiero grandes responsabilidades en su lugar, y la verdad no me queda claro lo que me piden en esta nueva etapa de vida. Soy de rutinas extremas y estos días nada responde a un ciclo. Cada día un horario distinto y caras diferentes. En estas circunstancias aprecio los ronquidos constantes de mi perrita y mi casa que permanece mientras todo se mueve. No puedo hacer ningún proyecto de vida desde aquí. Ha sido mucho trabajo con muy satisfactorios resultados, pero algo en mí pide a gritos anclas definidas, soportes esperados. Lanzada al vacío, espero respuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario